La UD Logroñés noquea al Calahorra en dos asaltos

Tanto Diego Martínez como Carlos Pouso no sorprendieron con sus respectivos onces, si bien el técnico rojillo despejó la duda de la portería a favor de Gonzi y en detrimento de Miguel Martínez. La inclusión de Aitor Seguin en la banda derecha blanquirroja era una opción muy real y se cumplió. Tampoco sorprendieron con su idea de encarar el partido. La UD Logroñés asumió el rol de equipo local, que quiere dominar y ganar, alentando además por esos diez puntos de desventaja respecto al líder, el Athletic B, que se quedan en siete. El Calahorra fue más prudente en su planteamiento, sin renunciar a tener el balón, pero sin exponerse en su intento.

El partido estaba planteado, pero saltó por los aires en la segunda aproximación de la UD Logroñés. Había advertido Pouso de la peligrosidad de cometer errores en Las Gaunas, errores que ya firmó hace dos meses en la final de la Copa Federación y que le costó la derrota, 0-3. Y volvió a errar y lo volvió a pagar. Una de esas tantas incursiones de Iñaki por su banda acabó con el balón a pies de Arias, que lo controló dentro del área y lo cedió Urcelay para que marcase con un disparo seco desde la media luna. Demasiados toques blanquirrojos en terreno peligroso. No se habían consumido los diez primeros minutos y la UDL ya mandaba en el marcador. Dos minutos antes, Soeiro no habçia aprovechado una falta de entendimiento entre Ugarte y Royo al borde del área.

Qué hacer. Seguir como si nada hubiera pasado o pensar en la renta. Reaccionó tímidamente el Calahorra hasta llegar a discutir la posesión a los locales. Percutía por su carril derecho con Sola y Jorge Domínguez. Jorge Pérez disparó alto a servicio del segundo; poco después, el propio Jorge Domínguez lo intentaba con un disparo raso que se perdía por la línea de fondo. Kike Royo era un espectador más en el fondo sur. Fue un momento, nada más, porque la UD Logroñés volvió a afilar su guillotina para cortar la cabeza calagurritana. Ahora a balón parado. Se lamentaban los blanquirrojos porque el derribo de Luis Martínez de Quel sobre Jony había quedado reducido a tarjeta amarilla. La querían roja, pero de ese lamento nació la celebración. Arias colgó el balón al punto de penalti y Codina anticipó su testa ante la mala salida de Gonzi. Segundo error, segundo gol, sin restar méritos al coraje del central blanquirrojo.

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El partido era cómodo para la UD Logroñés y una pesadilla para el Calahorra. El 2-0 es uno de esos marcadores peligrosos, pues si el rezagado marca cambia por completo. Puede dar fe de ello la UDL, ante el Badalona. Esta vez no dio lugar a ello. Mantuvo el ritmo para que Seguin marcase prácticamente a puerta vacía, después del pase raso de Madrazo para culminar su cabalgada y de que Arias lo dejase pasar al segundo palo. 3-0, como hace dos meses, aunque éste tenía mucho más valor. Y aún restaba la segunda mitad.

No hubiera pasado nada si no se hubiese jugado. La UD Logroñés mantuvo la posesión, bajó el ritmo y descartó riesgos. Si uno de los equipos debía jugársela a todo o nada, ese era el Calahorra, pero no lo hizo. Careció de recursos para poner en apuros a su oponente. Carlos Pouso refrescó creación y ataque, pero sus hombres no llegaban al área local, aunque se animasen en el tramo final del partido. Entonces la cabeza de los locales no estaba tan centrada ya en el juego. Javier Cobo, uno de los hombres de refrescó, recordó quién mandaba al culminar una magnífica jugada en la que Madrazo ganó la línea de fondo y cedió el balón al punto de penalti. Lo despejó Gonzi, pero sin fortuna. El cuarto. El partido estaba muerto, por mucho que Enzo Facchin intentase su gol. El uruguayo no fue titular, pero pudo marcar nada más sumarse al partido en sustitución del lesionado Seguin. Gonzi lo impidió.