La UD Logroñés se libra de un gran problema

Tenía Diego Martínez llenó el vestuario para elegir, pero más allá de los once que saltaron al césped, no pareció calar el mensaje en los blanquirrojos. El partido, como todos, era importante, porque la situación clasificatoria demanda sumar de tres en tres. Y comenzó bien el once de Las Gaunas, con una primer pero defectuoso testarazo de Monreal y una doble acción, por ambas bandas, que no encontraron rematador, en el primer centro, y sí los puños de Ekiza, en el segundo. Y de repente, todo cambió.

La UD Logroñés se incomodó sobre el césped. Muy largo, dejando muchos espacios y sin tener el balón. No había coordinación en la presión tampoco y todo ello lo aprovechó la Mutilvera para ser muy vertical y por dentro, por donde Cisneros pilotaba y Ayensa y Pedroarena buscaban el esférico a la carrera. Los espacios libres mataban al sistema defensivo riojano. Advirtió el propio Pedroarena, pero Monreal llegó al cruce para despejar el cuero dentro del área; poco después, Ayensa también lograba disparar desde dentro del área, tras una pared con Pedroarena. Le faltaba mucha intensidad a la UD Logroñés. Y sin intensidad puedes esperar lo peor y lo peor fue uno de esos penaltis, por mano de Monreal en este caso. Un disparo de Ayensa desde fuera del área y un defensa expuesto sin motivo. Telletxea no desaprovechó la oportunidad para adelantar a su equipo y castigar la pasividad riojana, castigo que pudo ser mayor si Roto no mete el guante ante Ayensa antes del descanso y apena un par de minutos después de que Unai estrellase el cuero en el lateral de la red.

Mucho había que hablar y cambiar en el vestuario, si bien la mayor parte de los comentarios se quedaron, seguramente, en palabras. Llamó a filas Diego Martínez a Seguin y Compa, pero el cambio de algunos peones no alteró la partida. La UD Logroñés seguía siendo un equipo mal colocado sobre el césped, con muchas distancias entre líneas que no solo dificultaban la salida de balón sino la recuperación. Advirtió Jony con un remate en el primer palo y poco después con un pícaro disparo de Seguin desde la lejanía, pero la UD Logroñés no ofrecía argumentos sólidos que permitieran empatar el partido. Para su fortuna, y también como consecuencia del dominio riojano, la Mutilvera retrasó líneas a su campo. Sin referencias ofensivas no había salida.

Sin ideas y sin juego, era necesario apelar al corazón y al balón parado, el descorchador de emergencia. Una recuperación alta de Sarriegi propició el mano a mano entre Compa y Ekiza. El portero mandó el balón a saque de esquina, pero no esperaba que acto seguido Codina rematase de Cabeza para dejar el esférico en las redes. Faltaban casi veinte minutos. Mucho tiempo, aunque poco para despejar mentes. Aun así, Aritz impidió que Jony marcase de cabeza, al sacar el balón bajo palos con Ekiza batido. Eran los últimos minutos, esos en los que se quiere recuperar todo lo no hecho en los noventa minutos anteriores. Y los aprovechó, porque en una contra por la banda izquierda, con Seguin e Iñaki, que puso el balón al segundo palo y Urcelay precisó el golpeo, seco y abajo, para dejar sentado a Ekiza. Una victoria impensable durante mucho tiempo, en la que no obstante, el corazón blanquirrojo siempre confío. Al final, lo único que queda es el resultado y éste dice que ganó la UD Logroñés. ¿Cómo? Ganó.