La UD Logroñés B, de gigante a pies de barro

El primer partido que marcó el cambio de dinámica de la UD Logroñés B fue ante el Cayón (2-1), un colista que encontró en la cantera blanquirroja un socio con el que poder sumar su primera victoria de la campaña. En el Fernando Astobiza, los logroñeses se adelantaron en el marcador pero finalmente el Cayón logró darle la vuelta al marcador con el gol de Cagigas en el minuto 75.

Algo similar ocurrió en su siguiente cita liguera contra el Rayo Cantabria (1-2). De vuelta en el Mundial'82, el filial blanquirrojo se dejó escapar los tres puntos ante un rival que consiguió materializar en los últimos compases del choque con dos dianas al filo del descuento.

A comienzos de diciembre llegó la tercera derrota de los blanquirrojos en Sestao (2-1) y de igual manera se produjo 'in extremis'. Los sestaoarras reafirmaron en su feudo que a la UD Logroñés B se le gana en unos últimos minutos en los que los riojanos bajan la guardia. Pero la derrota más importante y dolorosa del curso llegó contra un Osasuna B (3-0) de récord. Los rojillos, sumaron su séptima victoria a domicilio pasando por encima de unos logroñeses que siguieron sin aprender de sus errores. Así, el filial del Osasuna le endosó tres goles, uno de ellos, de nuevo, en el minuto 90. El mes negro de la UD Logroñés B se cerró en Gernika (3-1) donde el filial enlazó su quinto partido perdido seguido con un resultado en contra de tres goles a uno.

La UD Logroñés B ha pasado de la miel a la hiel en apenas un mes, de asentarse en la mitad de la tabla a ver peligrar su lugar en la Segunda RFEF.