La UD Logroñés afronta su enésimo examen

«Nosotros llegamos en un buen momento y ellos en una situación en la que acumulan un empate y dos derrotas consecutivas», explicaba Martínez el viernes. Eso es lo que dicen los números. La UD Logroñés, con ocho puntos en esta segunda vuelta, es mejor que el Alavés B, con cuatro. Ahora bien, los números no juegan porque el fútbol es imprevisible. Así se puede explicar que el filial acumule dos derrotas consecutivas. Pocos hubieran pensado que el once vitoriano pudiera perder en Brea de Aragón, pero lo hizo.

Ibaia, en palabras del preparador riojano, es un reto. Uno más en una temporada de desafíos. Ganar es la obligación de todos los partidos. No ha variado. Derrotar a los de arriba para dar valor al enfrentamiento directo; derrotar a los de abajo porque es lo que dicta la tabla; y derrotar a los de la zona media porque están por debajo en la tabla.Es decir, obligaciones se mire por donde se mire. «Hay que aprovechar la mala dinámica del Alavés B», insiste Martínez.

Técnico y jugadores acuden en masa a las instalaciones vascas. Incluso medio centenar de aficionados privilegiados por haber podido adquirir una entrada a una instalación que no se abre a los aficionados visitantes, ni en persona, ni desde el sofá, porque tampoco se retransmiten los partidos que allí juega el Alavés B. Protección a los jóvenes o hermetismo.

En masa porque Diego Martínez cuenta con casi todos sus jugadores. Solo se perderán la cita Titi y Ugarte, por lesión. Sí están preparados jugadores como Cobo, Enzo o Yasin ausentes el pasado domingo. Y también Jony González, el nueve por excelencia de este equipo. «Es un jugador muy importante para nosotros», admitía Martínez. Así, no se espera metamorfosis algunas en el once. Quizá saber quién juega por la banda derecha: Unai, Goti o Seguin. Poco más.

Por segunda semana consultiva, la UD Logroñés afrontará el encuentro con el marcador del Athletic B cerrado. Cerrado y con victoria vasca. Ahora bien, su pelea no es con el filial de Lezama, sino consigo mismo. Quedó patente el pasado domingo, ante el Egüés. Un compromiso que estaba ganado para el minuto quince caminó entre la incertidumbre hasta poco antes de la hora de juego. «No puede volver a ocurrir», advierte el preparador. Se refiere al riesgo de no ganar un enfrentamiento ganado. El Alavés B, aunque no esté en su mejor momento ni tenga a su portero titular en el césped, es mucho más peligroso que el Egüés.