La UD Logroñés se acerca al estado que pretende Flaño

«Era un buen día para crecer, dadas las circunstancias y el rival. Y en muchos aspectos hemos tenido buenas sensaciones, hemos hecho bastantes cosas bien», manifestó el técnico en declaraciones publicadas por el club en sus redes sociales. «Es verdad en que en la segunda parte ha habido momentos en los que estuvimos más parados, además de la lesión (de Álvaro Barrero)», señaló.

Es que el delantero tuvo que retirarse del campo de juego en el minuto 73, tan solo 28 minutos después de comenzar a jugar –el delantero iba a disputar todo el segundo tiempo–. Esta semana se conocerá el alcance de la lesión, pero el de Almudévar se retiró con mucho dolor.

Otro de los jugadores que no ha jugado ni un solo minuto esta temporada ha sido el uruguayo Enzo Facchín, afectado por una pubalgia. Se trata de las mismas molestias que tuvo el jugador charrúa la temporada pasada, aunque no es un factor que preocupe demasiado al cuerpo médico blanquirrojo, que ha optado por la precaución.

Quien tampoco jugó el sábado ante el Real Unión fue el centrocampista Antonio Caballero, aunque se desconoce el motivo de la ausencia.

Al margen de los jugadores tocados, Flaño destacó que en momentos puntuales –en ambos goles del equipo irundarra– el bloque cometió alguna concesión defensiva (los dos tantos fueron en transiciones rápidas con despistes defensivos) que deben «intentar evitar». «Pero en líneas generales, el comportamiento del equipo ha sido muy bueno», sintetizó el míster.

Es que los errores defensivos quedaron patentes en los goles de Obieta y Sergio Benito, ambos muy parecidos: contraataques mal defendidos en los que el delantero acabó convirtiendo en un mano a mano con Kike Royo.

De lo positivo queda el primer tiempo de la UDL, que fue muy bueno. El equipo blanquirrojo ejerció mucha presión sobre la salida del balón, acorralando al Real Unión, que vio cómo Jon Madrazo marcaba el 1-0 en el cuarto minuto de juego, aprovechando un error en la salida del balón desde un lateral.

Pero más allá del tanto, el equipo jugó de manera muy ordenada. No generó demasiadas situaciones de peligro, pero no se le pitó a la UDL un claro penalti, cuando Madrazo volvía a situarse delante del portero del equipo guipuzcoano.

El equipo de la segunda parte, como dijo Flaño, se estancó un poco, aunque mostró personalidad con Juan Agüero, Gualda y Curro Bonilla como máximos exponentes, encarando, buscando la verticalidad del equipo riojano. También hizo gala de temperamento en su peor momento, cuando el Real Unión marcó el segundo tanto a siete minutos del final. Los blanquirrojos mostraron poder de reacción y consiguieron el empate en un buen disparo de fuera del área del argentino Agüero, que dobló los guantes de Irazusta.

Así, la UDL camina hacia lo que su entrenador espera que sea: un equipo con mimbres, que sea protagonista, que no se esconda y que sepa levantarse en los momentos complicados.