Goleada para la historia

Jony creó un nuevo partido a los diecinueve minutos cuando culminó una carrera y pase de Seguin con un gol casi a puerta vacía. Empataba el duelo sin olvidar que la desventaja podía haber sido mayor si Royo no hubiera salvado el segundo gol vasco y Bengoetxea no se hubiera topado con el larguero en su volea desde la media luna. Y es que el Gernika anotó a los tres minutos como si de un entrenamiento se tratase. Larrauri puso el balón entre los centrales y el portero y Gallastegui lo dejó en las redes. Pasividad. La UD Logroñés estaba de puente. Si en San Sebastián la Real anotó en el primer minuto, también en una jugada por la banda izquierda blanquirroja, aquí el gol asustaba a los tres minutos. Inicio que sirvió para escuchar los primeros pitos de la temporada. Cuidado.

Diego Martínez volvió a su once más reconocible, con la única variante de mantener a Titi y Ugarte en el eje de la zaga. Pierde mucha salida por ese flanco porque el vasco no se perfila para la salida, sino para jugar por dentro, con los riesgos que conlleva. El Gernika aprovechó los primeros minutos para hacerse con el control del partido. Ni Sarriegi y Urcelay ni Arias aparecían, si bien una vez digerido el susto inicial y equilibrado el marcador, la UD Logroñés tomó el mando de las operaciones. Incluso antes del empate, cuando comenzó a presionar la salida del balón y robar balones, lo que permitió a Jony advertir con una vaselina muy forzada.

El delantero logroñés ha sido uno de los hombres del partido. Se lleva los honores del goleador, si bien el pilar fue Royo con esa parada que impidió el segundo gol vasco, aquel del remate a bocajarro en el minuto seis. Jony y Seguin, que reaparecía en el once titular. Así, un ataque que comenzó Iñaki por la izquierda concluyó con un centro del eibarrés al corazón del área para que Jony cabeceara a la red. Se acaba de cumplir la media hora y los pitos iniciales se convertían en aplausos. Ya mandaba la UD Logroñés.

El partido presentaba novedades, por lo que era interesante analizar el comportamiento de la UD Logroñés. Por primera vez había remontado en casa un marcador en contra y por primera vez regresaba al campo tras el descanso con una ventaja mínima. La UD Logroñés se había acostumbrado a convertir la segunda mitad en los minutos de la basura, que dicen los norteamericanos con ese tiempo que ya no sirve para nada en un partido. Pero aquí el marcador era peligroso, 2-1. Incluso ese incómodo silencio que se ha instalado en Las Gaunas en los segundos tiempos como consecuencia de la superioridad de su equipo. Jony, una vez más, rompió ese silencio. Arias recuperó a campo propio y habilitó a Jony a su izquierda, que al ver el área muy cerca se sacó un golpeo en parábola al segundo palo que superó a Gorka. Enorme definición, triplete del logroñés y puerta abierta a la goleada.

De derribarla se encargaron Iñaki y Arias. En menos de dos minutos. El capitán aprovechó una pena máxima provocada por Madrazo para anotar el cuarto y apenas sacar de centro del campo, Arias robaba el balón y corría hacia Gorka para alcanzar el quinto. Otra vez, como ante el Arenas. El partido estaba más que hecho, pero Facchin y Yurrebaso también quisieron entrar en la historia de la victoria más contundente de la UD Logroñés. El primero marcó en acción personal y el segundo, desde el punto de penalti.

Los jugadores, los técnicos y la grada respiraba, pero la UD Logroñés debe corregir su entrada en los partidos, hacia una mayor intensidad, porque ayer no fue difícil superar al Gernika, que para el minuto 15 podía haber ido ganando por 0-2 ó 0-3. Y tampoco es bueno ganar con tanta facilidad.