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La UD Logroñés se entrena esta mañana en Valdegastea y el Athletic juega esta tarde en Yeda la semifinal de la Supercopa. Días después del ... enfrentamiento entre ambos en Las Gaunas, y con las aguas más calmadas, la entidad ha roto su silencio en torno a algunos de los incidentes que se vivieron el pasado sábado. La primera conclusión es que se desconoce el aforo del Municipal veintitrés años después de su inauguración. Según quien cuente, el número de butacas aumenta o disminuye. Siempre se ha hablado de 16.000, pero la cifra no es real.
El Ayuntamiento aseguraba el 3 de enero que el aforo era de 15.947 plazas, incluidas las 112 del palco presidencial. Se congregaron 15.577 aficionado. Todo vendido según anunció el club. A lo largo del partido se vieron butacas vacías en las esquinas de la grada de General con ambos Fondos y en la de Preferencia con el Fondo Sur. Y sin embargo, se denunció la duplicidad de entradas en determinadas localidades, no solo en el sector que ocupaban los seguidores del Athletic que compraron su entrada al club de Ibaigane. Exactamente, 1.269 entradas. También se vivieron situaciones similares en el Fondo Norte donde se añadieron más problemas con las localidades.
«El aforo de la instalación está en torno a los 15.600 espectadores. Dista mucho de la cifra que hizo pública la semana pasada el Ayuntamiento de Logroño. Nos tendremos que sentar, hablar, comprobar… Ellos tienen inventariada alguna butaca que no existe», explica Juanjo Guerreros, que ha estado al frente de la venta de entradas desde que se conoció el cruce. «Ahora estamos más tranquilos después de un mes intenso, desde el día que se celebró el sorteo hasta que se jugó el partido. Somos un equipo de la cuarta categoría del fútbol español y nuestros medios son los que son. Nos ha tocado organizar un evento de Primera División y sinceramente creo que no ha podido salir mejor», añadía.
Para este partido había al menos tres tipos de entradas. Una se podía comprar físicamente, la entrada de toda la vida. Otra se podía adquirir a través de internet y se podía usar en el teléfono móvil o imprimirla. Pero sobre todo, se vendieron menos entradas del aforo que marca el propietario del campo y se podían ver butacas vacías. Las entradas físicas, como las que se mandaron a Bilbao, son térmicas, impresas sobre un papel especial. La que se compra por internet se puede imprimir en un simple folio blanco.
La UD Logroñés pidió al Ayuntamiento en enero del 2023, después del partido contra la Real Sociedad, un mapeo de las gradas porque el plano que se tenía del aforo no se correspondía con la realidad. Cuándo se hizo se desconoce, pero el Consistorio, con otro color político, anunció veinticuatro horas antes esa cifra de 15.947 butacas, sin olvidar que 718 se distribuyen entre los diferentes palcos privados existentes.
No era este el único problema con el aforo. Hay más. La sectorización que llevó a cabo el anterior gobierno municipal dejó butacas fuera de mercado porque es prácticamente imposible sentarse con normalidad en ellas y ver lo que ocurre en el césped. Se utilizó metal, valla, para perimetrar una parte de la grada, «por falta de presupuesto», según alegaron desde Avenida de la Paz a la UD Logroñés. Entre esas butacas vacías, varias estaban pegadas a la valla. «Partiendo de esas 16.000 plazas, muchas de ellas desaparecieron con la sectorización y otras deberían haber desaparecido porque carecen de buena visibilidad. En mi opinión, en total estaríamos hablando de entre 500 y 660 butacas», detalla Guerreros.
La tercera deficiencia en la grada, muy visible, es la ausencia de plazas para personas con movilidad reducida. Algún que otro aficionado lo ha denunciado en redes sociales y ha protestado en la sede del club en Valdegastea, pero esa es la realidad. Esas plazas, que existían, desaparecieron cuando se sectorizaron las esquinas de Las Gaunas para separar fondos y gradas laterales. «Queremos darle solución», explica Guerreros, si bien la solución la debe dar el Ayuntamiento de Logroño.
El dinero siempre ha sido una constante en Las Gaunas, desde el día que se puso la primera piedra. Se modificó en más de una ocasión el proyecto original de Antonio Lamela, que no reconoce como propio, y se alteró también el presupuesto. Recientemente, el Ayuntamiento anunciaba diferentes mejoras completadas en Las Gaunas, caso del «sellado de las cubiertas en las que se habían detectado goteras, la sustitución de butacas deterioradas o el resembrado con tepes de césped de alta calidad en las zonas de las áreas».
A estas obras menores añadía la intención de ejecutar nuevos trabajos en los «próximo meses» con la creación de un «plan plurianual de mantenimiento y mejora del campo», explicaba el 3 de enero el presidente de Logroño Deporte, Francisco Iglesias. Este recordaba además que el consejo de administración de Logroño Deporte aprobó en diciembre la compra e instalación de una nueva megafonía en Las Gaunas por valor de «43.499,50 euros». En total, se instalarán «44 nuevos altavoces de alta calidad y última tecnología antes del 1 de marzo».
Más allá de lo que se ve está lo que no se ve. El mal estado del césped es visible en su exterior, pero no en su interior. Se ha levantado en varias ocasiones, se realizó un nuevo drenaje seis años después de su inauguración, pero no aguanta el ritmo al que se le somete porque apenas tiene luz solar en bastantes de sus metros cuadrados, los medios para mantenerlos son los justos y el césped no puede enraizar con fuerza. La empresa que mantiene Las Gaunas es la misma que asume los trabajos en Valdegastea. La diferencia entre campos es notable a pesar del uso diario, prácticamente, que se hace del de la ciudad deportiva.
Hay más . Los sótanos. Hasta no hace mucho tiempo los vestuarios carecían de techo, las conferencias en la sala de prensa eran y son muy difíciles por el ruido que llega desde el vestuario visitante, música a todo volumen incluida. Y en el sótano de la grada de general se escondían miles de toneladas de escombros que fueron acumulándose durante los años de su construcción. En suma, y después de 23 años de su inauguración, un campo inacabado.
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