Ganar para crecer, ganar para no decepcionar

Los derbis suelen presentar un prólogo expectante y un epílogo decepcionante en muchas ocasiones. «Son partidos muy igualados», decía Diego Martínez el viernes. Los números avalan tal afirmación. Siete empates, cinco de ellos sin goles, dos victorias para los logroñeses, en Las Gaunas, y una para el Calahorra, en La Planilla. Once goles en total, de los que cuatro firmó el cuadro de Diego Martínez el pasado 12 de noviembre como anfitrión. Esa es la realidad.

La trayectoria de ambos es tremendamente interesante en este 2024. El Calahorra solo ha perdido un partido y ha sumado veinte puntos. Ha pasado de ser equipo dubitativo a ofrecer regularidad, de ser un bloque receptivo a la pelea por la permanencia a manejarse con solvencia. No marca muchos goles, pero encaja menos. Saldo positivo. No gana con autoridad, pero sí por la mínima. Suficiente. Un año de transición capitaneado por la experiencia de Carlos Pouso, que más sabe por veteranía que por diablo. Hoy quiere celebrar su primera victoria rojilla en el derbi, en el mismo escenario que advirtió del desencuentro entre ambos hace ocho años, cuando cayó eliminado en la Copa como entrenador de la UD Logroñés en una tórrida noche de agosto.

¿Qué supone ganar? Para el calahorra mantener su tendencia alcista; para la UD Logroñés, una obligación, otra más, máxime después de sus dos últimos marcadores, que se resumen en un punto sumado de seis posibles. ¿Yempatar? Dar continuidad a la máxima de estos enfrentamientos. ¿Yperder? Para los locales ver frenado ese crecimiento; para los visitantes, preocupación porque sus cimas son mucho más elevadas.

El derbi tiene nombres propios. Iñaki y Titi no jugarán en el campo en el que crecieron; Miguel Martínez vivirá su último enfrentamiento de este rango contra el equipo que popularizó su figura en la portería. Jugadores como Madrazo, Ugarte o Lecea interiorizarán sentimientos por su paso por ambos equipos, aunque tienen claras sus preferencias. Todos quieren ganar, porque el fútbol no entiende de sentimientos sobre el césped.

A las ausencias logroñesas se suman las locales. Miguel Santos, lesionado, y Kevin, sancionado, se pierden el duelo. Carlos Pouso admitía que llegan «un poco justos» de efectivos al partido, pero son palabras de alguien que sabe manejar los tiempos de los duelos, incluso antes de que comiencen. Aseguraba que Castillo, Ekiza y Capilla se han entrenado con máxima precaución. «Aun así, no vamos a poner disculpas. Jugaremos con once y daremos toda la guerra posible en un equipo muy bueno como es la UD Logroñés. Tenemos que estar muy bien ofensiva y defensivamente para ganar porque estos rivales exigen mucho», añadía.