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A la quinta tampoco. La UD Logroñés deberá esperar para ganar al Alavés B al menos hasta su visita a Las Gaunas, allá por enero. Empate (1-1). Válido o escaso. Lo cierto es que la UDL llegará más exigida a su cita a Teruel, ... en siete días. Los blanquirrojos han tenido que remar a contracorriente después de que el Alavés marcase primero y recurrir al balón parado para evitar la derrota, que pudo vivir a tenor de los visto. Y más allá del marcador, debe pulir su fútbol. Ajustarse en defensa y ser un más vertical cuando se asoma al área rival.
Alavés B
Gaizka, Jay, Adrián, Álvaro, Eneko, Pinillos (Fontana, 71), Doumbia (Tafalla, 88), Mendes, Morcillo, Lartitegi y Aimar (Arzak, 71)
1
-
1
UD Logroñés
Daza, Yasin, Ugarte, Bobadilla, Mateo, Garrido, Sarriegi, Riki (Agüero, 74), Pau, Gualda (Barrero, 62), Madrazo (Nájera, 62) y Lupu (Pau López, 86)
Goles: Legarra. Ayudado por Beniali y Undiano. Amonestó a Doumbia.
Árbitro: 1-0, m. 52. Pinillos, desde fuera del área; 1-1, m. 70. Lupu, de cabeza.
No es lo mismo jugar en casa que fuera de ella y eso que el campo en el que jugó la UD Logroñés presentaba unas dimensiones muy superiores al de la pasada campaña. Pero no es lo mismo, por eso Miguel Flaño se protegió de salida con un doble pivote al incluir a Sarriegi junto a Iván Garrido. El sacrificado fue Pau López, menos físico. Enfrente estaban dos jugadores como Doumbia y Mendes, muy poderosos como demostraron en febrero, y era fundamental apagar sus ánimos desde el primer minuto.
Los apagaron porque los riojanos no renunciaron al balón por su mera condición de visitante, sino que lo quisieron desde el primer minuto y en ese escenario provocaron la primera jugada polémica por la doble caída de Lupu y Madrazo dentro del área tras un centro de Yasin. Polémica porque además los presentes recordaban que Lizarraga Gorgoñón, árbitro del partido, era el mismo que pitó a la UDL en febrero en este mismo escenario.
Fue el primera latigazo, pero a la UD Logroñés le costaba hilvanar en terreno babazorro. Salía bien, compaginado juego en corto y en largo, apelando a las diagonales a la espalda local, pero no lograba hacerse con el control del esférico cerca de Gaizka. Le faltaba. Cargaban los riojanos el juego por la derecha, si bien le metralleta de Yasin no encontraba destinatario. Lupu remató muy forzado cuando se cumplía la media hora, pero sin que Gaizka se viera obligado a manchar sus guantes. Ni siquiera cuando Madrazo ganó a Jay dentro del área y disparo. El lateral mandó el balón a córner. Ambos estaban más pendientes de su pelea personal que de la global. Pasaba poco, mucho juego, pero fuera de ambas áreas.La óptica asustó a los blanquirrojos cuando Morcillo recibió dentro del área y disparo. Susto, aunque el cuero se perdió por la lateral. Lo dicho, efecto óptico.
No lo fue, sin embargo, el disparo de Pinillos. Era verdad. Apenas se habían situado los jugadores sobre el césped en su retorno. Primeros minutos. Adquirir ritmo. La UD Logroñés cometió un error en la salida de balón desde su portería. Un desajuste que acabó con el esférico a pies de Pinillos que alojó el balón en las redes por su escuadra izquierda. Defensa hundida, vació de presencia en la zona del pivote y nadie sale a tapar el disparo. Viaje al pasado. Silencio previó al alivio porque Aimar estrelló apenas cinco minutos después el cuero en la madera en una mala secuencia defensiva a balón parado. Se instauraba el estado de emergencia.
Nájera y Barrero se sumaron al duelo en busca de mayor profundidad. Este equipo cae con facilidad en el exceso de toque cerca del área, territorio para disparar. Así había marcado el Alavés B e incluso Daza había evitado el segundo, a balón parado, con Lartitegi como protagonista. Apenas necesitaba nada el cuadro local para generar mucho. Estaba grogui el equipo logroñés, pero en el fútbol no has perdido hasta que ha acabado el encuentro. El moribundo reaccionó a balón parado, que se ha convertido en su mejor antibiótico, con un impecable testarazo de Andrei Lupu en el regreso a la casa en la que se formó. Una de ellas. Comenzaba un nuevo partido, de apenas veinte minutos.
La tensión incrementó. Arzak, que acababa de añadirse al partido, falló estrepitosamente en el segundo palo con su cabeza. Todos vieron el balón en las red es. Otro efecto óptico, otro suspiro de alivio. Flaño puso en el escenario a Agüero. No quería el empate, sino ganar. Ya no tocaba tanto, buscaba con mayor rapidez el área, más poblada ahora con Barrero también. Pero ni la tensión ni los cambios alteraron el marcador. Empate ante un muy bien rival, pero empate. Un calco de la pasada campaña.
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