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Los jugadores de la UD Logroñés celebran su segundo gol, el de Lupu. Sonia Tercero
Fútbol | Segunda Federación

Un domingo impensable hace diez días

La UD Logroñés golea al Izarra y aprovecha las derrotas de Arenas y Eibar B para colocarse a tres puntos del liderato

Domingo, 9 de febrero 2025

El mejor extintor posible. No hay nada como ganar. Incluso cuando cuesta más alcanzar el triunfo. Sabe mejor. La UD Logroñés derrotó al Izarra, que era lo lógico a tenor de la clasificación, con una goleada contundente, pero que le costó abrir y que ... pudo ser más amplia, mucho más amplia. Y no solo eso, sino que la victoria vino acompañada de las derrotas de Arenas y Eibar B por obra y gracia de Anguiano y Alfaro, respectivamente. Hace quince días se veía la omnipresente primera plaza muy, muy lejana. Hoy se ve a tres puntos, aunque la competición entra en un escenario muy cambiante. Ni antes estabas fuera ni ahora dentro. Y por si fuera poco, desde la UD Logroñés se cayó en el error de querer apagar varios fuegos generados por ella misma con gasolina, cuando el mejor medio de extinción es el triunfo. Ni insultos, ni pitos ni desaprobación. Este domingo el terma de conversación era otro.

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UD Logroñés

Royo, Yasin (Valcarce, 72), Monreal, Bobadilla, Iñaki (Mateo, 63), Garrido, Bonilla (Joao, 72), Agüero, Nájera (Gualda, 63), Madrazo y Lupu (Barrero, 63)

4

-

0

Izarra

Fraga, Endika, Aierdi, Santamaría (Hoyos, 45), Hualde, Bartolomé (Arbeloa, 66), Urko, Garat, Rúper e Ismail (Martinez, 76)

  • Goles: 1-0, m. 38. Bobadilla; 2-0, m. 54, Lupu: 3-0, m. 69, Gualda; 4-0, m. 84, Barrero.

  • Árbitro: Rodríguez García. Amonestó a los locales Julen Monreal y Bonilla y al visitante Eneko.

  • Incidencias: Las Gaunas. Vigésimo segunda jornada. 3.259 espectadores.

Sergio Rodríguez sorprendió a los presentes con la inclusión de Kike Royo, sobre todo, en la portería y de Mario Nájera, menos llamativo, en la media punta. El reto era ganar, máxime cuando el Arenas había perdido por la mañana en Isla, aunque esta UD Logroñés ha demostrado ser ajena a lo que sucede en otros cambios. Incluso preferiría no saberlo, pero la grada era consciente de ello, como a los pocos minutos de comenzar el partido supo que el Alfaro se adelantaba en La Molineta al Eibar B. El domingo prometía, aunque todo dependía de los blanquirrojos. Si ellos no ganaban, las cuentas eran lo de menos.

El partido respondió desde el principio al rol que cada uno de los protagonistas debía interpretar. La UD Logroñés se hizo con el balón y el Izarra montó tres líneas para proteger a Fraga, que acabó siendo el más difícil de superar. No se apresuró el equipo, con el beneplácito silencioso de la grada. Movía y movía, pero sin encontrar vías de pase, ni por dentro ni por fuera. Percutía más amparado en la pareja que formaban Iñaki y Madrazo, a la que se sumaba Agüero con diagonales buscando la espalda a los centrales. Pero cuando ya se plantaba en el área, aparecía Fraga. Hasta siete ocasiones generó la UD Logroñés antes de irse a vestuarios. Fraga evitó el gol de Madrazo, con un disparo de rosca al palo largo, y de Agüero, que insistió con el disparo desde fuera del área. Dos de ellos acariciaron sendos palos. Lupu y Najera también disfrutaron de otras dos oportunidades, pero era imposible superarle. Al menos, la grada no se impacientaba. Ni siquiera cuando el Izarra se encontró con una contra a los cuatro minutos que Garat no culminó con éxito. No llegaba el gol y a este equipo no le valía, ni le vale, con mantener la portería a cero.

El marcador no reflejaba lo que estaba pasando, pero manda. Tanto que ha envuelto a la UD Logroñés en atmósfera extraña y asfixiante. Porque extraño es que Pablo Bobadilla marque un gol de nueve puro, de oportunismo sobre la raya de gol. Era el cuarto intento serio. El najerino lo celebró con rabia, la acumulada por sus muchas semanas en la grada recuperándose de una lesión y sin poder ayudar y por lo vivido en las más recientes.

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Lata abierta

El Izarra dio un paso adelante a su regreso al campo. La derrota no le servía para nada. Nájera pudo anotar el segundo en el primer minuto de la reanudación, pero se topó con Fraga, que a pesar de encajar tres goles evitó otros tantos, aunque no el segundo, que cambió el partido por completo. Continuó la UD Logroñés viviendo en tiempos complicados, porque así se explica también que Bobadilla asistiera de espuela a Lupu para que éste empujase el balón a las redes. Ya estaba hecho, al menos aparentemente. El Izarra no daba síntomas ofensivos.

El segundo gol anuló el corsé. Libertad total. Lupu tuvo el tercero en su cabeza en un centro lateral. Se sintió mucho más cómodo con esa pierna repetidora que tiene Iñaki desde la banda. Balones que le buscaban. Rodríguez evitó riesgos y dio descansos, por ejemplo al capitán. Se sumaron Mateo, Barrero y Gualda. Este último aprovechó un robo del aragonés al borde del área pequeña para marcar el tercero y poco después el propio Barrero anotaba un fantástico gol arrancando desde la izquierda y definiendo con sutileza al palo largo. Llegarían más oportunidades, pero el electrónico no se movió. El 4-0 era más que suficiente por todo lo que suponía. Ganar y firmar un domingo de seis puntos respecto a los dos primeros. Y, además, ver a Pablo Valcarce y Joao Dias debutar, aunque quedase en segundo plano. Ahora bien, la gran consecuencia del marcador es la liberación del equipo. O debería serlo.

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«Estamos contentos por romper la dinámica pero hay que mejorar»

«Estamos contentos porque veníamos de una dinámica que no era buena.El objetivo, sobre todo, era ganar».

Era lo importante y así lo reflejó el entrenador, aunque su tono no se hubiera contagiado de la alegría de la victoria. Comedido. «Hemos roto la dinímica, pero esto sigue. Es una competición diferente a la del pasado año. En esta hay mucha más igualdad y cualquiera puede ganar a cualquiera», quiso recordar.

Rodríguez admitió una relidad, que se han acercado a la primer aplaza. Pero hasta ahí. «Hemos recortado puntos, pero debemos seguir mejorando. Y partir de aquí, ver hasta dónde somos capaces de llegar. Debemos fijarnos en nosotros y en mejorar», detalló antes de lanzar un guiño a la grada. «Fantástica», dijo. «No se le puede pedir más», apostilló el técnico.

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