Diego Martínez y Arturo Guerra, una dupla que soñó junto al Náxara

El año 2015 supone el punto de partida de la relación de esta dupla con el Náxara. Fue entonces, en el mes de julio, cuando la entidad cerró la contratación para su banquillo de un joven Diego Martínez que venía de alcanzar la permanencia con el Arnedo. Junto a él, como ayudante, Arturo Guerra. El ex del Zaragoza llegaba con las ideas claras al equipo. «El objetivo es ambicioso, jugar el 'play off'», decía por entonces Martínez. Ya esa primera campaña, se alcanzó la meta, puesto que los najerinos se clasificaron para esas eliminatorias por subir a Segunda B, aunque fueron eliminados en la primera de ellas por el Atlético Sanluqueño.

Pero cuando más cerca estuvo el Náxara de ascender a la antigua Segunda B fue la siguiente temporada. Eliminó al Mar Menor con un gol de Rojo en la prórroga, echó al Villarrobledo en los penaltis y se citó con la Peña Sport en la última eliminatoria. El vencedor ascendía y todo quedó muy abierto tras el partido de ida, que terminó en tablas (1-1) en La Salera. En Tafalla, una semana más tarde, el fútbol fue cruel con los riojanos, que se adelantaron en el marcador con un gol de Javi Martínez, pero acabaron cayendo 3-1. Para el recuerdo quedará el desembarco najerino en las gradas navarras aquel 24 de junio de 2017 (más de 1.500 personas) y los ojos vidriosos de Martínez al acabar el duelo. «Nos lo hemos merecido tanto o más que ellos», se lamentaba.

El palo fue duro, pero el riojano continuó en el banquillo local de La Salera una temporada más. De nuevo, el equipo se clasificó para el 'play off', pero en esa ocasión perdió, ante el Langreo, en la segunda eliminatoria. «Necesito descansar un poco de todo esto. Han sido tres años muy intensos en los que he estado muy a gusto en este equipo, con estos chavales, la directiva y la afición, pero he creído que era el momento de hacer un alto y descansar», señaló en su despedida ese mismo curso.

Tras el Náxara, Diego Martínez afrontó otros retos profesionales al frente del Izarra, el Calahorra y el Numancia. Aventuras deportivas en las que estuvo acompañado por Arturo Guerra, a quien en enero de este año le llegó la oportunidad de hacerse cargo, esta vez como primer entrenador, del Náxara. Sustituyó en el cargo a Raúl Martín y lo hizo cuando el equipo estaba a ocho puntos del liderato, ocupado por aquel entonces por la Oyonesa. El campeón lograba el ascenso directo y, con Guerra al frente, los blanquiazules fueron poco a poco recortando esas distancias y escalando posiciones en la tabla. Su llegada lo cambió todo y el Náxara acabó certificando su regreso a Segunda Federación al terminar el ejercicio en el primer puesto del grupo riojano de Tercera División. «Allí viví momentos muy bonitos», reconoce Guerra en una entrevista concedida a la UDLogroñés. «Recogí un vestuario tocado, pero con mucho margen de mejora. Cuando me llamó el presidente, Marcos (Martínez), conocía dónde me metía de la anterior etapa como ayudante de Diego y conseguimos un éxito precioso», añade.

Ambos, Martínez y Guerra, hicieron soñar al Náxara y soñaron junto al equipo blanquiazul. Ahora vuelven a formar dupla en el banquillo de la UDLogroñés y el domingo serán rivales de ese equipo con el que vivieron grandes momentos. «Será especial», resume el segundo entrenador del conjunto blanquirrojo. Su objetivo, como es lógico, será el triunfo, pero eso no borra los grandes momentos que ambos vivieron en La Salera. Son recuerdos futbolísticos que perduran para siempre.