Era el domingo. Uno de ellos. Los resultados estaban siendo favorables para la UD Logroñés. Salvo el Barakaldo, nadie ganaba en la zona alta de la tabla, pero sí quien espera un día así tampoco lo hace la sensación que queda es que se ha ... perdido una oportunidad. La UD Logroñés no ha podido ganar el Barbastro en Las Gaunas. No supo cómo romper la idea defensiva maña, que se amparó en además en el oficio de la pérdida de tiempo. Un gol hubiera bastado para romper uno de los partidos más espesos que se han visto en el feudo banquirrojo. Pudo llegar desde los once metros, pero Casabona Isla lo impidió al señalar fuera del área el derribo de Reques a Urcelay. No llegó el gol y si fue decepcionante el empate en Barbastro también lo ha sido el de este domingo. Incluso más tal y cómo se desarrollaba la tarde.
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UD Logroñés:
Royo, Yasin, Titi, Iñaki, Seguin (Bravo, 61), Capde (Enzo, 61), Urcelay, Madrazo (Cobo, 79), Arias (Yurrebaso, 80) y Jony
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Barbastro:
Biarge, Val (Arroyo, 81) , Mingotes, Isra, Ara, Franki (Prat, 81), Gascó, Soule, Raussel (Reques, 56), Gonpi, De Mesa.
Goles: No hubo
Árbitro: Casabona Isla. Amonestó a Capde y Arias, por la UD Logroñés.
Incidencias: Las Gaunas. Decimonovena jornada en Segunda Federación. Tarde soleada, pero fría. 2.965 espectadores.
Diego Martínez solventó la ausencia de Sarriegi con la inclusión de Capde con la intención de mantener la creatividad en la medular. Sacrificó a Urcelay para dar salida al balón desde la zaga, pero esa maniobra no se tradujo en le creación de un escenario como los disfrutados en Las Gaunas. Es decir, con la UD Logroñés como gran protagonista. De hecho, el Barbastro no solo no discutió el papel estelar a los locales, sino que se lo robaron. Le quitaron el balón porque eran superiores en la medular, pero sin la llegada necesaria. Y es que la ausencia de peligro en ambas áreas marcó el duelo durante muchos minutos.
Sin hegemonía por dentro, Arias y Jony no aparecían en el partido. Urcelay, desde la distancia, apelaba a la salida por ambas bandas, dando continuidad a los desdoblamientos de Yasin e Iñaki por ambos carriles. Madrazo y Seguin generaban espacios con sus movimientos hacia adentro, pero los balones que pusieron los laterales, buenos varios de ellos, no llegaban a destino, porque la UD Logroñés no colonizaba el área maña. Biarge, Mingotes y Gascó se anticipan en su afán de despejar. Así, el portero aragonés pasaba desapercibido. Jony y Seguin probaron desde fuera del área, pero el esférico se perdió en ambos casos por la grada. Bien es cierto que el Barbastro tampoco alteraba al dibujo defensivo. De hecho, su ritmo comenzó a bajar alcanzado el minuto veinte. Menor salida y menor posesión. La UD Logroñés robaba el cuero con rapidez, pero no era capaz de firmar la segunda parte de la idea, la transición rápida hacia al área.
A la UD Logroñés le faltaba esa acción que cambiase el ritmo, porque el mando era suyo. Ni siquiera el paso por vestuarios se lo quitó. Mantuvo la continuidad en la posesión y la ausencia de claridad cuando se asomaba al área, aunque el Barbastro ya había entrado en esa momento del partido en el que quizá era mejor cerrar un poco más los espacios, no desgastarse en la pelea por el balón y esperar bien a una contra, bien a una acción a balón parado. Lo intentó a la carrera Soule, pero sin éxito. Minutos antes Madrazo había levantado a los espectadores con un balón raso que se paseó por la línea de gol sin que Jony y Seguin llegasen a él. Agitar el árbol para recoger.
Definitivamente el partido estaba cambiando. Un escalofrío recorrió Las Gaunas cuando Gonpi regateó a Royo muy cerca del banderín de córner, pero se quedó sin espacio y sin balón ante la llegada de Titi. Ese cambio demandaba respuestas. Bravo y Enzo se sumaron al encuentro para reforzar el fútbol exterior. Dos jugadores rápidos. Apenas llevaba el uruguayo un minuto en el campo cuando pudo disparar desde dentro del área, pero el balón fue a su pierna derecha. No hubo disparo. Seguía faltando claridad y decisión. Menos toques y disparo. Se había cumplido la hora y el partido se animaba porque además en la grada ya se conocía que el Athletic B solo había empatado en Utebo.
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Bravo se había ubicado por detrás de Jony y Arias había retrasado su posición para emparejarse con Urcelay, que paradójicamente creció ofensivamente, obligado también por la necesidad de ganar. El madrileño probó fortuna desde el borde del área. Balón a la izquierda de Biarge, como poco después el testarazo de Jony. No había gol. Martínez apeló a Yurrebaso para aumentar la nómina ofensiva, pero con tanto hombre de área alguien tenía que llevar el balón hasta ellos. Lo llevó Urcelay pero Mingotes se tiró a pies de Jony y Yurrebaso para impedir que ambos disparasen desde el punto de penalti. Los locales no estaban acertados y el Barbastro contribuía a esa falta de concentración parando una y otra vez el encuentro. Malo para el que quería ganar y bueno para quien el empate le satisfacía.
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