El Calahorra cae con polémica en Vitoria en medio de un festival de goles

El partido comenzó cuesta arriba para el conjunto de Carlos Pouso, que recibió el primer tanto en el primer acercamiento del Alavés B al área defendida por Miguel. Juanma botó una falta que impactó en la barrera y el rebote le cayó a Pino, que se anticipó al meta e inauguró el marcador. Los jugadores del conjunto calagurritano reclamaron falta al portero, que quedó dolorido unos minutos en el césped.

Pese al mazazo inicial, los pupilos de Pouso supieron rehacerse pocos minutos después y Ekiza cayó derribado dentro del área cuando lo tenía todo de cara para superar a Adrián Rodríguez. El propio Ekiza fue el encargado de materializar la pena máxima engañando al meta local, que se venció hacia su lado izquierdo.

Pese a las constantes arengas de los jugadores de la escuadra riojana para mantener el resultado, no pudieron cumplir su objetivo. El Alavés B golpeó por partida doble en apenas tres minutos. El 2-1 fue obra de Aimar, que recogió un centro lateral y dispuso de dos disparos para batir a Miguel. De nuevo le tocaba remar a contracorriente al Calahorra que, más allá del resultado, no estaba siendo inferior al filial alavesista. No había digerido el 2-1 todavía el equipo riojano cuando Juanma, en una jugada maradoniana por la banda derecha, consiguió zafarse de Nacho Ruiz y disparó a portería. Su chut lo desvió Maroan con la puntera, haciendo inútil la estirada de Miguel y poniendo tierra de por medio en el marcador.

Tras el carrusel de goles, el ritmo de partido bajó y el Calahorra comenzó a ganar protagonismo en campo rival. Oier Herrera avisó con un disparo que se marchó alto por muy poco. Fue la antesala del segundo tanto de los hombres de Pouso, que consiguieron recortar diferencias en un saque de esquina en el que Nacho Ruiz se suspendió en el aire y, con un remate picado, puso el 3-2 en el marcador. El partido volvió a recobrar la vida que parecía haber perdido y se barruntaba una segunda mitad apasionante, repleta de ocasiones por parte de ambos bandos.

Tras la reanudación, la posesión del balón fue de la escuadra calagurritana, pero las ocasiones de gol brillaron por su ausencia hasta los últimos minutos del partido y el espectáculo no fue el más apasionante de ver. No fue hasta los quince minutos finales cuando el conjunto riojano pisó el acelerador. Los cambios introducidos por Carlos Pouso le dieron un aire nuevo al Calahorra y en la fase final del choque se le vio más entero a nivel físico que al filial babazorro.

El peligro del cuadro riojano llegó principalmente en las acciones a balón parado, donde la experiencia es un grado y en esa faceta la zaga del Alavés B, repleta de jóvenes, aún es inexperta.

Pese a conseguir rematar en cada jugada de estrategia, el infortunio se cebó con el Calahorra y le negó volverse a casa con un punto bajo el zurrón. Cissé se encontró con el larguero nada más entrar al campo para desesperación de la afición del cuadro riojano que se desplazó al José Luis Compañón.

El conjunto de Pouso terminó muy enfadado con el equipo arbitral. Con el 1-0 en la retina, en el que reclamaron una falta a Miguel en el salto, no dieron crédito a que el árbitro no señalase una cesión al meta local en los últimos compases del partido.

El encuentro finalizó con un resultado inmerecido para los hombres de Carlos Pouso, que hicieron méritos para puntuar ante uno de los mejores equipos de la categoría, sexto clasificado y que se ha quedado a las puertas del playoff de ascenso. Tercera derrota consecutiva a domicilio del equipo calagurritano, que cerrará la temporada recibiendo en La Planilla al Deportivo Aragón, quinto clasificado.