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La cabeza ha dado la UD Logroñés la victoria en La Salera. La cabeza y un partido largo, incluso aburrido por momentos. Dos goles de Andoni Ugarte y un tercero de Carlos Bravo, con origen en otras tantas acciones a balón parado, eliminan del historial ... un encuentro de poco fútbol y de fantástico resultado para los blanquirrojos. Sigue así la UDL su caza al Barakaldo. Todo lo contrario que el Náxara, que con esta derrota queda al límite del descenso matemático. Doce puntos le separan de la plaza de promoción que ocupa el Arenas.
Náxara:
Pradas, David, Viti, Ochoa, Juan, Loza (Rojo, 62), Villos, Miguel (Izán, 83), Merino, Lorá (Miguel Pérez, 58) y Orodea (Sotelo, 58).
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UD Logroñés:
Daza, Yasin, Ugarte, Titi, Codina, Goti (Urcelay, 79), Sarriegi, Cobo (Unai, 70), Madrazo (Bravo, 79), Seguin (Compa, 57) y Yurrebaso (Jony, 58).
Goles: 0-1, m. 77. Ugarte, de cabeza; 0-2, m. 80. Bravo; 0-3, m. 90+. Ugarte, de cabeza.
Árbitro: Andrade del Olmo.Amonestó a Sotelo,,Viti, Villos y Toño Ramírez, del Náxara; Ugarte, Codina , Yasun y Unai, por la UD Logroñés.
Incidencias: La Salera. Tarde agradable. Fantástico ambiente. 1.963 aficionados en las gradas, con cerca de quinientos seguidores blanquirrojos.
Sorprendió más Diego Martínez con su alineación en La Salera que Josean García. El primero cambio la portería, no recurrió a la alternativa de los dos puntas en un campo de fútbol directo y sacó a Madrazo de la banda para ubicarle por detrás de Lander Yurrebaso. Urcelay se quedó en el banquillo. El segundo puso en punta a Orodea y buscó velocidad por banda con Lorá, por la derecha, y Villos por la izquierda. Más allá de disposiciones, el encuentro respondió desde su inicio a lo esperado. La UDL iba a tener el balón mientras que el Náxara apelaría a una transición rápida para hacer daño, aunque sin renunciar a manejar con mayor continuidad al esférico ni a la pelea.
La posesión no era suficiente. Seguin, arrancando desde la derecha, protagonizó la primera advertencia al disparar desde dentro del área, tras un saque de esquina, pero Lorá se interpuso en el camino del esférico hacia las redes. El vasco acababa de abrir un breve intercambio de golpes que incluyó un gol anulado a Orodea por fuera de juego, una buena intervención de Pradas a disparo de Cobo desde dentro del área y un segunda testarazo de Orodea sin dirección. No encontraba la UD Logroñés vías de llegada claras y sí el Náxara, que a la contra ganaba con cierta facilidad la espalda a la zaga visitante.
El partido ofrecía poco fútbol por abajo y demasiado por arriba. Hasta en cuatro ocasiones entraron las asistencias médicas de ambos equipos para tratar golpes en la cabeza o el rostro. La UDL, además, no se siente nada cómoda en este tipo de fútbol. Incluso llega a caer en el exceso del uso del balón largo y aéreo. El encuentro, como era previsible, no tenía nada que ver con el jugado en Las Gaunas. El Náxara no perdía el sitio ni sufría porque tampoco el rival le exigía en exceso. Era necesario pensar en vestuarios y dar un giro al fútbol presentado para alcanzar el objetivo.
Lo que se pensó y lo que se habló en el vestuario quedó en los mundos de las palabras y las ideas porque la UD Logroñés no mejoró de inicio tras el descanso. Incluso bajó el nivel de su juego. El Náxara seguía fiel a su concepto de partido largo. Sin llegadas claras a las áreas no pasaba nada. Diego Martínez quiso generar otro escenario con las inclusiones de Compa y Jony. Ahora sí, dos puntas. Josean García oxigenó su carril derecho con Miguel Pérez y el ataque con Marcos. Cambios sin alteraciones. El balón iba y venía, veía e iba, pero nada más. Hasta Daza, al que le gusta jugar en corto, solo pensaba en jugar en largo. Sintomático. A los logroñeses les faltaba una enorme capacidad creativa en su eje, capaz de superar líneas con un cambio de ritmo o un balón al espacio.
Fútbol pobre, muy pobre. Por fortuna para ello, Urcelay se sumó al duelo a tiempo. La calidad siempre marca diferencias. Jony estrelló el balón en la madera. Juego aéreo. Dos minutos después, Ugarte aprovechaba el balón a la madera de Madrazo, en una jugada a balón parado, para marcar de cabeza tras botar el balón delante de él. Juego aéreo. Y tres más tarde, Carlos Bravo, que acababa de saltar al césped, remataba de cabeza en el segundo palo el esférico servido por Urcelay para cerrar una larga jugada que nació a balón parado. El vasco fue protagonista también en el tercero. Pradas evitó su gol de falta, pero Ugarte aprovechó el rechace del portero para meter su cabeza y firmar su doblete. Tercero de la tarde. Así, ese juego aéreo y directo que no había generado fútbol durante muchos minutos reventó el partido en apenas tres. Suficiente para la UD Logroñés, que apeló a un partido largo y al balón parado en un campo en el que sabía que podría rasear muy poco el esférico.
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