Una tarde imposible

Los blanquirrojos saltaron al campo con la misma mentalidad de los últimos encuentros, es decir, imprimir un ritmo alto de juego y buscar un gol que rompiera el guion de un adversario que llegó sin los miedos de otros equipos y que adelantó mucho su línea defensiva. La UDL varió su dibujo al jugar con un único punta, Marcos André, y tres hombres por detrás: Rubén, Rayco y Ñoño, que regresaba al once, al igual que Paredes, por lo que ese carril izquierdo era novedoso respecto al de Amorebieta.

Fue precisamente Ñoño el primero en advertir con un centro que se envenenó, pero se marchó por la línea de fondo. Hilaba la UDL juego con calma, pero sin pausa. André apareció en el área y pudo marcar por dos veces, pero en ambas apareció Iturrioz. Fue su carta de presentación, pues el portero vasco resultó determinante en el punto que sumó el Leioa. A estas dos acciones añadió otros dos balones que sacó sobre la misma raya de gol a remates de Rubén Martínez y Rayco. La UD Logroñés se sentía cómoda por esa carril izquierdo, desde donde nacían las jugadas más peligrosas. Aprovecha además el conjunto local la ofensividad de Morcillo, lateral derecho del conjunto de Sarriena.

No es sencillo jugar entre lamentos, ver que puedes marcar, pero no lo consigues. Iturrioz era un gigante imposible de derribar y cuando se debilitaba, la fortuna se aliaba con él, como por ejemplo cuando Ñoño despidió el primer acto con un balón contra el poste derecho. Ahí no llegaba Iturrioz, pero no le hizo falta.

El descanso no sirvió esta vez para renovar ánimos. Parecía pesar en exceso la figura del portero, infranqueable. La UD Logroñés no se sintió tan cómoda en el segundo periodo, mientras que el Leioa creció. Tenía el balón y no dudaba en tocar en su campo a la espera de que apareciera el espacio. Aun así, tampoco llegaba con peligro. Luariz peleaba todos los balones; Eguiluz daba criterio a la circulación, pero Yurrebaso no podía aparecer entre la zaga local. Apelaba el Leioa a la profundidad de sus laterales, sin éxito, y a las acciones a balón parado. En una de ellas Juaristi pidió pena máxima. Sintió el hombro de Olatexea, que se había sumado al partido, y se dejó caer.

Olaetxea entró para dar fuerza a una medular perdida, con Andy centrado en labores defensivas y Salvador más espeso de lo que acostumbra. Buscaba ahora la UDL la salida por banda derecha, con la potencia de Iglesias, ante el ahogo en el que vivía la izquierda. Sergio Rodríguez no esperó y dio entrada a Pedrito.Primero por la derecha;luego por la izquierda. Quería el balón, bajaba en su busca, pero necesitaba algo más. Revolucionó el encuentro a su manera, pero ya en la lucha grupal contra el crono. Los nervios afloraban. Un disparo de Iglesias acabó con el cuero en la cabeza de André. Lo tocó entre una nube de vascos y lo estrelló contra el poste para que Rayco lo aprovechara para marcar a puerta vacía. Fuera de juego. No lo era. Lo rompía Mikel Fernández, central del Leioa, pero el madrileño Gálvez nunca estuvo a la altura del partido y en es acción, tampoco.

Más nervios. El Mirandés ganaba en Anduva. Seguramente, los jugadores no lo sabían, pero los aficionados, sí. La grada empujaba y en la mente de muchos se recordaban victorias como las vividas ante Vitoria, Athletic o Langreo. En el último minuto. Lo último que se pierde y se debe perder es la fe y a este equipo le sobra a estas alturas de la temporada. Era el momento de la verdad. Pedrito entró en el área. Se paró. Cambió de ritmo y rompió a Garai. Penalti claro. No sólo no pitó, sino que amonestó al alicantino. Otro error grave. No hay VAR. Este es el fútbol de los pobres. El VAR sólo es para ricos. Fútbol una vez más.

No quisieron quedarse en el lamento ni la UDL ni Pedrito, al que poco después Iturrioz le privó de su primer gol en Logroño. Una más. La UDL tumbó a su adversario, con sus jugadores tendidos sobre el césped con sobrecargas, pero no pudo conquistar un marcador que, sin embargo, se asienta en la grada.

No se ganó, pero no se perdió. El Mirandés esta más lejos, pero también el Brakaldo, que cayó, y la quinta plaza del Oviedo B.

Crear tantas y tan claras ocasiones y no marcar duele, máxime cuando te escamotean un penalti y te anulan un gol legal.

La ausencia de Vitoria cambió el dibujo y la UDL jugó con André como único nueve, ayudado por Rayco.

Así te hemos contado el partido en directo.