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El pasado 19 de agosto, la Unión Deportiva Logroñés hacía pública una de sus últimas operaciones estivales. El director deportivo, Carlos Lasheras, lograba la cesión del lateral Iago López, que había realizado la pretemporada con el Girona de Segunda División. ... A sus 20 años, parecía llamado a ser un refuerzo con esa incierta vitola de sub-23, a la espera de rascar minutos e ir fogueándose en el fútbol profesional.
Sin embargo, el perfil del gallego era muy diferente. Con una temporada entera jugada en el Peralada, del Grupo III, y formación en las canteras del Deportivo y el Girona, su eclosión ha sido rapidísima. La lesión de Miguel Santos, además, le ha allanado el camino y le ha obligado a dar un paso adelante. Desde que apareció en el lateral derecho en el encuentro ante el Calahorra, el equipo acumula un empate y cinco triunfos. Y, sobre todo, se está viviendo otra revolución como la que ya protagonizó el pasado curso Juan Iglesias, que tras su eclosión en la UDL fichó por el Getafe, en cuyo filial milita actualmente a la espera del salto a Primera.
A punto de cumplir dos meses de estancia en Logroño, Iago López no se arrepiente de haber elegido enrolarse en el club riojano. «Tengo 20 años y lo principal era jugar partidos y en Segunda no iba a tener minutos. La mejor manera es estar en el Logroñés, luchando por los puestos de arriba», sintetizaba ayer tras el entrenamiento. «Era difícil quedarse en Girona porque estaba haciendo una plantilla muy buena para retornar a Primera. Seguí trabajando pero cuando me dijeron que no podía ser, que no iba a tener los minutos que me gustaría, buscamos opciones y la que más me convención fue la de Logroño y no me arrepiento porque me está gustando mucho», incidía.
IAGO LÓPEZ | FUTBOLISTA UD LOGROÑÉS
De momento son 540 minutos consecutivos y muy buenos fundamentos, especialmente en ataque, una marca que siempre trata de imponer Sergio Rodríguez en sus conjuntos. «Es verdad que me gusta mucho tirar para adelante; pero si vas, tienes que volver. Espero hacer las dos cosas bien», incidía un lateral muy resolutivo y rápido que está aprendiendo a ritmo sobresaliente de un vestuario «que es una gran familia».
Por cercanía en el campo y por ascendente (la diferencia de edad es de 21 años), César Caneda se ha convertido en su 'padrino'. «Todos están ayudándome mucho, sobre todo César, el más veterano. Tenerlo al lado me ayuda muchísimo y me hace estar centrado siempre», se sinceraba.
La primera cuestión para lograrlo es saber el camino que le queda por recorrer. Y Iago lo tiene muy claro: «Me queda mucho por aprender. Sé algo, pero aún me falta». También que nadie le garantiza la plaza en el equipo, empezando por el propio técnico. «Sergio [Rodríguez] me dice que no me relaje y que siga a un nivel alto porque si te relajas, te comen la tostada y después es complicado volver a entrar», recordaba ayer. La gran prueba para el gallego de 20 años será el retorno de Miguel Santos. «La competencia va a ser muy grande porque Miguel es un grandísimo jugador, así que habrá que seguir a un gran nivel», vaticinaba el lateral, que se encuentra cedido por el Girona.
Su aspecto casi infantil enmascara un espíritu valiente y competitivo. A los 20 años se pueden tomar decisiones equivocadas, pero lo preocupante sería no tomarlas. Y Iago López lo hace continuamente. Recibe muchas correcciones por parte de su técnico y compañeros, pero tampoco se calla en el césped y sabe leer el juego y compartirlo con sus compañeros. Porque el carrilero de Castro Ribeiras se ha encontrado con «un equipo sólido y una familia». «Me han acogido súper bien y es muy de agradecer, sobre todo para alguien que llega al final de la pretemporada y quiere integrarse cuanto antes. Y lo he logrado», analizaba.
A pesar de esos seis partidos consecutivos como titular, Iago López sigue hablando de «partido a partido» y sólo piensa en el Amorebieta, un «rival complicado, que juega mucho balón en largo». El objetivo se lograr los tres puntos y continuar en cabeza de la tabla. Después, el 'play off' y el ascenso, ya llegarán, si tienen que llegar, al igual que el salto a Primera o Segunda. «Hay que tener suerte, hacer un buen año y que te vean», señalaba. De momento, Iago López se está dejando ver mucho.
La actual campaña del Amorebieta mantendría completamente recto el fiel de la balanza de los méritos. Dos triunfos, cuatro empates y dos derrotas es su bagaje en estas ocho primeras jornadas. Sólo se desequilibra (y muy ligeramente) en cuanto a los goles anotados (10) y los encajados (12).
Parece equipo de la zona media, pero cabe recordar que llegan al encuentro tras igualar a tres goles con el Athletic B en Lezama, donde los rojiblancos defendían el liderato.
A pesar de la buena dinámica de la UDL (encadena cinco victorias), Sergio Rodríguez mantiene la tensión elevada durante los entrenamientos. Ayer volvió a apostar por los ejercicios con balón y de combinación para hacer hincapié en varios aspectos. El primero, el de la velocidad, necesaria para superar al Amorebieta en distintas acciones. También en la necesidad de utilizar las bandas. Pero, sobre todo, explicó a sus pupilos que no puede haber errores cerca del área, ya que calificó al equipo vizcaíno como «muy intuitivo» y capaz de aprovechar las segundas jugadas y de lanzar desde cualquier posición cercana al área y así generar peligro.
El trabajo de la UD Logroñés se focaliza en dos ambientes bien diferenciados. El primero, formado por el grueso de la plantilla, que mantiene un ritmo alto de entrenamiento y un grado de ánimo elevado después de encadenar cinco triunfos consecutivos. El segundo, el de los que quieren pero aún no pueden. Es decir, el de los lesionados, que en el seno de la entidad blanquirroja ya se pueden considerar de larga duración. Porque su situación permanece inalterable, aunque con mejoría.
Es el caso de dos de los laterales de la plantilla. En el caso del diestro Miguel Santos, ayer se ejercitó en solitario. Toques de balón, esprints, saltos y cabezazos para devolver el balón al equipo de preparadores y fisioterapeutas... Buenas sensaciones para el zamorano, pero no podrá estar a disposición de Sergio Rodríguez este sábado para medirse al Amorebieta. Su próxima meta es Las Gaunas, donde el día 27 se recibirá al Real Unión.
Una situación muy similar vivió ayer el otro carrilero, el zurdo Jaime Paredes. También se entrenó al margen que sus compañeros, corriendo con balón y realizando ejercicios específicos. Su actitud es positiva aunque sus músculos, especialmente el aductor, le están dando mucha guerra y le han dejado ya un mes en el dique seco. No trabajar con el grupo un miércoles significa también no estar disponible para el sábado.
Además, otros convalecientes estos sí que de muy larga duración realizaron trabajos específicos. Así, cuando la plantilla concluía su trabajo sobre el césped artificial del Mundial 82, Álvaro Arnedo trotaba alrededor del campo y Miguel Martínez de Corta realizaba ejercicios. Ambos trabajaron con los preparadores para superar sus respectivas roturas de ligamentos. Sensaciones positivas, pero lejos aún del alta médica
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