Solo en 19 ocasiones ha tenido Rubén Miño que doblar los riñones para coger un balón de su portería esta temporada. Pocos, muy pocos goles encajados, que él achaca al trabajo defensivo de sus compañeros. No quiere que la cifra aumente porque eso supondría acercarse ... a Segunda. Él vivió esa sensación del ascenso hace una década en el Barça B y lo tiene claro: «Es mi mejor recuerdo como futbolista».
– El Miño nace y desemboca en...
– Jaja, me pillas. Desemboca en el Atlántico y pasa por Lugo, pero no sé dónde nace.
– ¿Y Rubén Miño nace en... y desemboca en...?
– Nace en Cornellà y ahora está muy a gusto en Logroño. Me gusta vivir el presente y tengo una ilusión tremenda por continuar.
– Este curso ha encajado solo 19 goles. ¿A qué se debe?
– Si los números defensivos son buenos es gracias al trabajo de todos, desde el punta hasta el portero. El trabajo, solidaridad y solidez del equipo hacen que me beneficie. Si todos no se sacrifican, los indios llegan por todos los lados.
– ¿Aguanta mejor un portero la espera, durante el parón por el coronavirus, que un jugador de campo?
– Se ha hecho largo, yo esperaba ansioso novedades. Ha sido difícil porque un día creías que ibas a ascender sin jugar, otro que vas a jugar... Te subes por las paredes. Pero me lo he tomado con calma, disfrutando de los niños y de otras actividades.
– ¿En qué se ha especializado durante el confinamiento?
– Soy un culo inquieto. He hecho de paleta, de yesero, he pintado... Compramos una casa y ¡qué mejor momento para arreglarla!
– ¿Qué supondría para usted el ascenso a Segunda?
–A nivel profesional, es un cambio de estatus y de vida. Pasas a estar en el fútbol profesional (la Segunda B es semiprofesional). Es el punto de inflexión para un futbolista.
– Usted vivió un ascenso con el Barça B....
– Sí, fue por el camino largo porque acabamos segundos. Es el mejor recuerdo que tengo a nivel futbolístico. Juegas ante mucho público, con jugadores 'top'...
– En ese Barça B militaban...
– Una generación única. Estaban Thiago, Nolito, Bartra, Montoya, Romeu... Sin ese ascenso quizá no hubieran seguido su camino. El ascenso marca.
– ¿Estudia al Castellón?
– Sí, me gusta ver en casa cómo se mueve la gente de ataque del rival y, además, en el Logroñés hay un buen equipo de analistas. Isusko nos facilita el trabajo.
– ¿Y los penaltis?
– Siempre lo he hecho. Además me gusta practicar siempre, después de los entrenamientos, y este año puede ser fundamental.
– Si le digo Juanto y César Díaz [goleadores el Castellón], ¿le entran sudores fríos?
– Son dos buenos delanteros, de lo mejor de la categoría, muy completos. Pero no es momento de ponerse nervioso.
– ¿Los porteros están un poco locos o son muy cuerdos?
– Ambas tienen un poco de verdad. Lo que está claro es que tenemos una mentalidad especial. Siempre estás en el ojo del huracán y hay que saber llevarlo. Normalmente somos extrovertidos. Somos más locos que monjes.
– Convive con Pablo Fid y usted es el titular. Conoce la situación contraria, ¿cómo se lleva?
– Es muy duro porque siempre hay que estar preparado aunque no veas la recompensa. El portero suplente, y yo lo he sido, es una figura fundamental. Pablo es, y lo digo de corazón, un gran compañero y está preparado.
– ¿Cómo desconecta Miño?
– Soy un loco de la naturaleza. En estos meses después del confinamiento, en los días libre, he visitado todos los valles de La Rioja. Me la conozco mejor que muchos riojanos. Está preciosa, sobre todo en primavera.
– ¿Y qué locura se propone si logra el ascenso?
– Como no puedo raparme más, si subimos tendré que ir a Turquía a ponerme pelo.