Un portero del norte hecho al fútbol del sur

«La verdad es que aquí me tratan muy bien», indica el cancerbero, que aprovechó la tarde de ayer para jugar una partida de bolos con algunos compañeros de la Balompédica. «Lástima de esos dos goles del pasado fin de semana», recuerda.

Montoya apostó desde muy joven por hacer las maletas. Dejó el Berceo, su casa, donde compartía vestuario con nombres como los de Txomin, Javi Barrio (Calahorra) o Iñaki Jiménez (Tudelano). Primera parada, Vitoria; segunda, Barakaldo. Y de aquí, el gran salto hacia su primera experiencia en el sur: el Betis. Allí vivió dos campañas en el filial y comenzó a embeberse de la alegría andaluza. Su segunda temporada le posibilitó fichar por el Ebro para seguir en Segunda B. Dos años más, antes de cruzar la península para enrolarse en la Balompédica. «Ahora estamos fuera del play off, pero hasta hace una semanas estábamos dentro. Nos hemos medido a Cartagena y UCAM y nos han ganado. Aun así, seguimos ahí, a tiro de entrar entre los cuatro primeros», indica.

A sus 27 años, Montoya es feliz en el conjunto andaluz donde aprovecha algunos de sus ratos libres para a acercarse a Gibraltar. Un paseo desde su casa. «Me permite practicar mi inglés, aunque es un inglés diferente, porque meten muchas palabras españolas», comenta. Idioma y cultura. «Me gusta mucho la historia», indica. De hecho, ha recorrido los túneles de la Roca, esos que fueran creados durante la Segunda Guerra Mundial. «Lo que no sigo mucho es la liga de Gibraltar. Por nivel es similar a la Tercera riojana, pero tiene el atractivo de jugar la fase previa de la Liga de Campeones», concluye.