Miles de kilómetros hasta que apareció el virus maldito

El trayecto a La Rosaleda era el recorrido más largo y también el más esperado por una afición que había practicado el gran desembarco en desplazamientos masivos pero cercanos y que confiaba, durante unas semanas, en poder alentar a los suyos en directo. Pero no ha sido posible y la UDL ha sentido su apoyo a través de mensajes, balcones engalanados, banderas y bufandas en las ventanas de hogares e instituciones.

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El maldito coronavirus estropeó todas las ilusiones de viaje y también provocó que muchos fieles blanquirrojos hayan optado por una celebración familiar, como se recomendó por parte de las administraciones y de Federación, Consejo Superior de Deportes y LaLiga. Otros no pudieron evitar desparramar su alegría por las calles de Logroño y las consecuencias pueden ser graves.

Pero toca esperar para saberlas. Como también es momento de aguardar qué fútbol se va a encontrar la Unión Deportiva Logroñés el próximo año en su debut en Segunda División. En Italia, por ejemplo, ya se ha determinado que no habrá público en los estadios hasta septiembre. Toca ahora pensar en abonarse para disfrutar de ese sueño logrado en La Rosaleda y las dudas se multiplican. Está claro que los fieles no van a faltar, pero los eventos multitudinarios, y el fútbol lo es en esencia, sigue asustando a muchas personas, por mucha mascarilla, distancia interpersonal o gel que se dispense. El fútbol volverá y será en Segunda. Los aficionados no quieren faltar a esa cita que tanto tiempo ha costado lograr.