Clasificación agónica, pero clasificación

El calor, las gradas más llenas que de costumbre, la responsabilidad... Elementos que llevan al cuerpo a bloquearse porque su cabeza no es capaz de asimilar y procesar todo lo que está pasando a su alrededor. Eso le ha pasado este domingo a los jugadores de la UD Logroñés. Miedo incontrolable a pesar de que a los tres minutos Las Gaunas celebraba el gol en propia puerta de Ferrón, uno de los protagonistas del partido, tras un centro de Ñoño a balón parado. Mejor no podía comenzar la obra.

Pero la cabeza no siempre es fuerte. En ocasiones, es frágil. Así, Ñoño ha errado una pena máxima cometida sobre Vitoria. Mejor dicho, Kike Royo ha desviado el cuero. Era el minuto 11. Primer mazazo. El segundo ha llegado cinco minutos después, cuando Ferrón superaba a Buigues con un remate de delantero de área. Los blanquirrojos han bajado los brazos. No entendían qué pasaba y, mucho menos, sabían como salir de la situación. Ésta ha tomado tintes dramáticos cuando David Martín ha adelantado al Badajoz con un disparo desde fuera del área. Media hora de juego... del club pacense, porque la UDL no había comparecido. Era un bloque de hielo, atenazado e incluso amordazado.

Sin el temor a perder el balón, la UDL ha encontrado la paz en las acciones de estrategia. Caneda empataba con un soberbio cabezazo. Se había logrado lo más complicado, calmar la mente. Pero no ha podido centrarla, porque cuatro minutos más tarde Ferrón ha adelantado al club del Nuevo Vivero, en otro remate de cabeza a balón parado. No sabía cómo frenar su hemorragia la UDL, mientras plasmaba con la derrota una de sus peores primeras partes de la temporada.

El descanso ha alejado fantasmas. No se podía ganar la eliminatoria si se caía en el juego de la primera mitad. En su ausencia, porque los riojanos no han puesto en práctica su sabiduría. El primer toque de balón ha demostrado que había cambiado el escenario. Los logroñeses se han hecho con el cuero, han jugado por dentro para habilitar a los de fuera; y desde fuera para activar a los de dentro. El Badajoz ha peleado, pero no ha comparecido ofensivamente y Buigues no ha tenido que intervenir, salvo en una salida de puños. Royo ha vuelto a a salvar a su equipo al inicio del periodo, como ya había hecho al final del primer tiempo. Y es que el portero riojano ha sido el gran pilar del club pacense en esta eliminatoria. Ha evitado varios goles. 27 años y de Logroño de toda la vida. Todo dicho.

El giro al fútbol que ha intentado la UDL lo ha confirmado Marcos André con un movimiento al espacio que ha leído a la perfección Carles Salvador. Penalti de Kike Royo. Andy ha asumido la responsabilidad en un ejercicio de sentido común. Cambio de lanzador. Ha engañado al riojano. Las Gaunas ha despertado así del mal sueño, pero el miedo se mantenía en su cuerpo. Miedo de verdad. Miedo a perder lo alcanzado. Quedaban muchos minutos. Demasiados. Sin embargo, la UDL ha mantenido el tipo. Ha sido más agresiva, ha tenido más el balón y con Marcos André ha atemorizado a su rival. Luego se han sumado Víctor López y Santos para cerrar los carriles y fortalecer la zaga con tres centrales (el tercero, Iglesias). El final ha resultado agónico, pero la victoria da por bien empleado tanto sufrimiento, aunque aún queda mucho por sufrir.