La victoria más triste

Saber dónde estaba el límite entre el riesgo físico de algunos jugadores y el riesgo del marcador era lo que había que medir este sábado. Difícil elección, aunque Sergio Rodríguez siempre pareció tener claro que no forzaría a ningún futbolista y lamentar más tarde una lesión. Así, el técnico presentó en Gobela hasta cinco cambios en el once inicial con un centro de la zaga (Borja y Bobadilla) y una banda derecha (Flaño ySantos) inéditas y un ataque inusual, con Víctor y Vitoria. Muchas variantes, pero muchos de esos hombres se echaron el equipo a la espalda en los malos momentos de la temporada y respondieron exitosamente. Paradójicamente, donde no se arriesgó fue donde se nubló la tarde.

Sergio Rodríguez aseguró estar muy orgulloso de sus hombres. Cuajaron un brillante partido en un campo que no sólo no invitar a jugar, sino a ir. Quizá ha sido el último partido de la UD Logroñés en Gobela. ¡Ojalá! Allí se lesionó en Jueves Santos del pasado año Álvaro Arnedo. Ayer estaba en la grada. Sentía escalofríos, pero el fútbol a veces es cruel y fue el propio Arnedo el que acompañó a Miguel a Logroño. Se lo subió a su coche nada más abandonar el césped para que le explorasen la rodilla en Logroño. Caprichos malditos.

Más allá de la lesión de Miguel Martínez, la UD Logroñés fue muy superior al Arenas, aunque le costó doblegarle porque el cuero viajó más por el aire que a tras de suelo. Se le puso de cara cuando Iñaki remató de cabeza a las redes a la salida de un saque de esquina tras una salida en falso de Txemi. El portero local evitó algún gol más, sobre todo a sendos remates de Ander Vitoria, y se alió con el poste tras un disparo de Borja García, pero dejó el segundo tanto, ya en el segundo periodo, en bandeja para la cabeza de Olaetxea, que volvió a ser medio centro y ahí seguirá, porque el próximo domingo no jugará Andy, por sanción.

El tercer gol, de Iñaki y tras un centro de Víctor, sólo certificó el abismo que separa a ambos equipos y que refleja la clasificación. Apenas se celebraron los goles, porque a la UDL le costó centrarse tras el adiós de Miguel. De hecho, el primer tiempo acabó en empate. Aitor Ramos marcó desde unos cuarenta metros, con Miguel tendido sobre el césped. Un gol sucio. Primero, porque el árbitro debió parar el partido; segundo, porque el jugador del Arenas no debió buscar el gol. Siempre podrá decir que no vio a Miguel sobre el césped, pero también le pondrán contestar que por qué tiró un globo desde tal distancia. Cualquier portero hubiera parado el balón. Ese gol quedará en su recuerdo porque nunca debió marcarlo. Ysi no vio al portero tumbado, pudo hacer el Arenas un 'Bielsa'.

Hace unos días, Marcelo Bielsa obligó a sus jugadores del Leeds a dejarse marcar un gol porque habían aprovechado que los futbolistas del Aston Villa se quedaron parados tras la lesión de un jugador, tendido sobre el césped, para adelantarse en el marcador. El partido acabó en empate y con el adiós del Leeds al ascenso a la Premier. Esa decisión quedará para el recuerdo; del gol de Ramos nadie se acordará para elogiarle.

La UDL no es un once, sino un equipo. Quedó demostrado una vez más. El rendimiento se mantiene también con cambios.

Un enorme contratiempo para el jugador y para el club. Hay que esperar, pero las expectativas no son buenas.

Toda una novedad. Formó con Flaño, Borja y Bobadilla y con Santos e Iñaki como laterales avanzados.