Andoni Lizarraga. ADG
Domingo, 18 de abril 2021, 20:02
Empate con sabor agridulce para el Haro Deportivo en su desplazamiento a Barakaldo. La entidad jarrera dio continuidad a su positiva dinámica de juego y resultados con la consecución de un punto que puede ser vital a la larga. Sin embargo, el plantel ... dirigido por Keko Urzanqui ante la prolongada ausencia de Aitor Calle, mostró una versión débil en su área, muy diferente a la contundencia con la que se manejó a la hora de golpear a su rival siempre que tuvo ocasión.
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Desde el pitido inicial, los dos equipos se lanzaron a un frenético ida y vuelta con el balón largo como herramienta imprescindible de trabajo. Después de unos primeros compases de esgrima en la medular para tantear al rival, las defensas decidieron refugiarse en la conexión del puente aéreo con sus delanteros sin escala previa en los centrocampistas. En ese decorado, se sintió más cómodo el Barakaldo, con el delantero ruso Obolskii como destinatario preferente de los envíos gualdinegros.
Barakaldo
Oleaga; Markel, Picón, Gándara, Estrada; Pablo Santana (Pablo Goñi, min. 75), Aparicio (Imbongo, min. 52); Urkiza (Seguín, min. 52), Alain Ribeiro (Txaber, min. 80), Pitu; y Obolskii (Igarki, min. 75).
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Haro
Fermín; Gaizka Martínez, Kevin, Javi Duro, Héctor Martínez (Echaide, min. 90); Vesiaho (Valiño, min. 46), Egiluz (Peciña, min. 90); Jon Iru, Joseba, Iván Garrido (Manjón, min. 82); y Butzke (Gabriel, min. 82).
Goles: 1-0, m. 10. Alain Ribeiro; 1-1, m. 16. Joseba; 2-1, m. 28. Obolskii; 2-2, m. 44. Jon Iru.
Árbitro: Montiel Ferreiro (Comité catalán).
Uno de ellos, en el minuto diez, con Alain Ribeiro como protagonista, terminó alojándose en la meta de Fermín. Lo que en principio dio sensación de centro sin mayores consecuencias se convirtió en un misil que no acertó a despejar el arquero bañejo, con manos blandas por parte del capitán harense. El tanto espoleó a los veintidós protagonistas, pasados de revoluciones en un inicio de encuentro con tanta intensidad como llegadas al área. Amenazó Joseba con un derechazo desde media distancia que puso el susto en el cuerpo a Oleaga. Fue un aviso para lo que llegó tan solo cinco minutos después. Nada pudo hacer el gigante de Llodio ante la entrada desde la segunda línea del propio Joseba para hacer bueno un pase de cabeza de Vesiaho tras recoger un rechace.
Poco ruido y muchas nueces en Lasesarre. Cerca de la media hora de juego, el lateral derecho del Barakaldo apuró la línea de fondo, colocó un centro que no acertó a despejar la pareja de centrales y Obolskii se revolvió como un pívot bajo el aro para sentenciar a Fermín cerca del poste derecho. Y es que el encuentro fue una sucesión de llegadas trufadas de algún que otro error de bulto fruto de la ansiedad. El once dispuesto por Keko Urzanqui siguió porfiando en busca de la igualada. Un merecido premio que encontró Jon Iru con un zurdazo al primer toque con destino directo a la escuadra derecha de la portería. Un detalle de calidad por parte del medio bilbaíno que sirvió para firmar las tablas justo antes del paso por los vestuarios.
Se quedó en la caseta el centrocampista panameño Vesiaho, muy activo en el primer acto, pero amonestado. Urzanqui no quiso correr riesgos en una posición tan delicada y apostó por Valiño para frenar las acometidas de un Barakaldo que saltó al césped a por todas en la segunda parte. Primero cabeceó Picón sin acertar con la meta rival. Acto seguido el delantero congoleño Inbomgo revolucionó el ataque fabril con una llegada que abortó la zaga jarrera.
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Ambas formaciones ganaron en solidez y contundencia poniendo fin a las facilidades ofrecidas, en especial por parte de la retaguardia harense, durante el primer acto. Pese a ello, los problemas para frenar a Markel en el perfil izquierdo fueron constantes. Desde esa vía llegó la ocasión más clara para los chicos de Jabi Luaces. Un balón al área que Obolskii no remató con acierto con todo a favor para colocar el segundo tanto en su cuenta particular. Fue sin duda la llegada más peligrosa de una segunda mitad que tuvo poco que ver con el ritmo de los cuarenta y cinco minutos anteriores.
Los cambios en uno y otro esquema desdibujaron un partido que decayó en ritmo y ocasiones. Se movió el acordeón de Keko Urzanqui de lado a lado para bascular sobre la circulación del balón de un Barakaldo cada vez más romo conforme pasaron los minutos. El Haro, por su parte, dio la sensación de dar por bueno un empate que le sirvió para mantenerse invicto en esta segunda y decisiva fase de la competición.
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