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Calahorra
Sábado, 22 de diciembre 2018, 22:23
El Calahorra se queda con un empate. Y muchas gracias. Los rojillos fueron unos en la primera parte, y otros muy distintos (y mucho peores) en la segunda. Debieron ganar, pero pudieron perder. Y encima, aumentaron la enfermería.
Y eso que la primera parte ... fue calagurritana. Y mucho. El Calahorra de esos primeros 45 minutos ue de lo mejorcito de esta temporada, con un equipo muy mandón que encerró al Tudelano en su campo sin opción.
Fueron minutos de monólogo, con un solo lunar: un balón a la espalda de la defensa que Adán no marcó para el Tudelano cuando tenía la puerta casi franca (aunque algo lejana). Pero por lo demás, el Calahorra era dueño y señor.
Tampoco con un peligro exagerado, pero con ocasiones como para haber marcado: dos cabezazos de Ubis, un centro de Morgado que Goñi mandó alto...
Calahorra
Zabal, Yasín, Morgado, Barrio, Duro (Barrón, 75'), Parla, Rodrigo (Barcina, 69' y Barace, 78'), Auzmendi, Ubis, Goñi, Obeng
1
-
1
Tudelano
Pagola, Iñaki (Pope, 7' y Delgado, 86')), Navarro (Vélez, 63'), Zamorano, Royo, Lalaguna, Adán, Lázaro, Tony, Bravo, Soto
goles 1-0,minuto 40, Obeng. 1-1, minuto 46, Navarro.
árbitro Gorka Etayo, vasco
Finalmente, en el 40 acertó Obeng. Un gran pase al hueco de Parla, que Obeng supo aprovechar con un buen movimiento. Su disparo rozó en un defensa, pero la fortuna no hacía más que favorecer al que se lo merecía, con un marcador más que justo. Y así se llegó al descanso. Todo eran buenas esperanzas.
Pero todo lo bueno se perdió nada más empezar. El fútbol es cosa de sensaciones, y si el Calahorra no hubiera encajado un gol a los 40 segundos de la reanudación, quizá le hubiera dado tiempo a asentarse y seguir con su mando. Pero no fue así. Un fallo defensivo dejó a Navarro para rematar demasiado solo, y para empatar un partido con el que el Tudelano no podía soñar antes del descanso.
Y lo que son las cosas: el Calahorra mandón de la primera mitad se disolvió como el hielo de un café. Empezaron los tembleques, empezaron los desajustes defensivos, y cualquier asomo de ir hacia delante desapareció durante muchos minutos. Los primeros quince minutos de la reanudación fueron realmente penosos.
El Tudelano, mientras, más necesitado, pudo incluso soñar con algo más. El partido se abrió, y el área rojilla daba miedo más por imprecisiones propias que por grandes jugadas ajenas.
Luego el Calahorra tuvo algo más el balón, pero no parecía tener muy claro qué hacer con él, mientras el Tudelano jugaba su guión favorito: cerrarse y esperar.
Además, al Calahorra le crecieron los enanos. En el 69, Barcina sustituyó a Rodrigo, buscando más mordiente. Pero Barcina se lesionó apenas 8 minutos más tarde, y entró Barace. Y, Barrón, que había entrado en el 75, tampoco llegó ni al 85, también lesionado. Y no tenía nada de buena pinta, tal y como se llevaban al jugador en camilla.
Así, el Calahorra terminó con diez, con el Tudelano colgando balones y la parroquia pidiendo la hora. Al final, un punto y gracias, y una sensación agridulce para terminar un año que, en realidad, ha sido muy bueno para el Calahorra.
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