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bilbao. A Lezama se acude habitualmente en esto de la Segunda B con ganas de observar y aprender. Se viaja hasta las instalaciones del todopoderoso Athletic Club para reconocer los frutos de un gran trabajo durante muchísimos años. Se realiza el viaje desde Logroño para ... reconocer una vez más cómo en pocos meses este vivero de futbolistas continúa adelante en un movimiento inagotable que afecta a todos los ámbitos del día a día de este club. Un nuevo parking subterráneo, por ejemplo. Más de media docena de nuevos jugadores en el filial, por poner otro. Un entrenador, ojo al asunto, de Primera División la temporada pasada en el banquillo de un equipo filial... Y así innumerables ejemplos de acciones incontables que hacen de Lezama un lugar ideal para llegar hasta allí, sentarse, observar y quizás aprender algo positivo sobre esto del fútbol, y más cuando se apreciaba que estábamos ante una primera jornada liguera jugada en agosto.
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Pero hay quien anda empeñado en sentarse a observar y aprender... una vez ganado el partido. Hasta entonces, el asunto que gestiona Sergio Rodríguez consiste en llegar a Lezama, calentar un poco, vestirse con la blanquirroja y mostrarle a todos sobre el césped del campo principal, bajo el mítico arco de San Mamés, que los riojanos también saben jugar a este deporte, al menos en Segunda B. Por eso, el noveno proyecto blanquirrojo en la categoría de bronce arrancó ayer con una clase magistral de los de aquí a los de allí, para cerrar el partido con una victoria, tres puntos, dos goles de bella factura y un apretón de manos de Gaizka Garitano en sala prensa reconociendo el potencial de la UD Logroñés para este campeonato: «Van a estar arriba seguro. Nos han dado una lección en la primera parte». Palabra de quien subió al Leganés a Primera y entrenó hace pocos meses al Deportivo de La Coruña. Algo habrá visto, y eso que faltan las famosas espadas para completar la plantilla riojana.
Bilbao Athletic Unai Simón; Sillero, Gil, Bilbao, Andoni; Undabarrena, Nolaskoain (Oli, m. 76); Nuñoz, Vicente (Tarsi, m. 45), Seguin (Benito, m. 59); y Guruzeta.
UD Logroñés Miguel; Miguel Santos, Caneda, Zubiri, Paredes; Arnedo, Salvador, Muneta (César Remón, m. 83), Ñoño (Germán Sáenz, m. 68); Espina y Marcos André (Rayco, m. 76)
Goles 0-1, m. 26, Carles Salvador. 1-1, m. 42, Guruzeta. 1-2, m. 57, Muneta.
Árbitro Fuente Martín, del colegio cántabro. Amonestó a los locales Gil y Seguin; y a Carles Salvador por parte de los visitantes.
Incidencias Primer partido de la temporada 2017-2018. Se guardó un minuto de silencio por las víctimas de los atentados terroristas de Barcelona y Cambrils. 150 riojanos en las gradas de Lezama.
Y vio, a buen seguro, a un rival en constante movimiento durante los noventa minutos, como el Athletic a lo largo de toda su historia. Un estreno liguero donde el balón rodó con relativa comodidad sobre el césped de Lezama, casi a la misma velocidad que los jugadores visitantes en un ejercicio futbolístico acompasado, exacto, preciso y por momentos bello. Fueron 45 minutos casi perfectos donde el filial del Athletic, favorito para estar arriba a final de temporada, se vio superado por el ir y venir de jugadores azules en todo momento.
Anclados todos alrededor de Arnedo y Carles Salvador, los riojanos completaron una primera parte muy por encima del mes de agosto. Dejaron a un lado el aburrimiento de la pretemporada para demostrar las ganas más que evidentes que tiene este equipo por seguir compitiendo. Probaron las mieles de la sangre fresca que se extrajeron, victoria tras victoria, el curso pasado. Y es como si a este equipo el verano le hubiera sobrado, pues lo que realmente necesitaba de una vez por todas era volver a competir, jugarse de nuevo los cuartos y los puntos para dejar de una vez por todas a un lado eso de los bolos de verano, que no dan ni puntos ni gloria.
Dos remates de Pablo Espina y dos disparos de Ñoño sirvieron de advertencia de lo que estaba a punto de suceder en una mañana cualquier de verano. A toda velocidad, Carles Salvador paró por primera vez el partido. Como un extremo en estático, giró su tobillo derecho hacia dentro, y superó toda una línea defensiva sin romper a sudar. Quiebro del cuerpo para abrir su pierna derecha y clavar en el segundo palo un centro a la red casi sin ángulo en un gol extraordinario que puso el partido en su verdadera dimensión.
Pero no es históricamente el Athletic un equipo que se pare, ni mucho menos. Y el mejor de los suyos supo crearse una gran ocasión para empatar el partido: recorte en el centro del campo, apertura a la izquierda, carrera veloz hasta la frontal donde el propio Guruzeta al primer toque clavó el balón en la cepa para empatar un partido que estaba a años luz de ser de pretemporada. Allí, todos estaban en movimiento.
Y así siguieron Athletic y UD Logroñés tras su paso por los vestuarios. En movimiento constante hasta sumar alguno de los dos los tres primeros puntos. Y acertó Muneta a pase de Paredes en el segundo palo con una volea sin visión que puso lejos del portero. Le pilló en movimiento, como era de esperar, y así es más fácil acertar. Se entregan Sergio Rodríguez y los suyos a ese elixir del movimiento constante.
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