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Es estupendo ganar al Racing de Santander. Supone un subidón saber que se puede derrotar a uno de los mejores equipos de Segunda B. Da muestra del nivel que tiene el equipo.
Pero si no se gana al colista a la semana siguiente, los tres ... puntos del domingo anterior no valen para nada.
La UDL hizo dos cosas mal en el Estadio San Francisco Javier de Tafalla. Dos problemas que se repiten demasiado a menudo como para pensar en optar a los puestos de cabeza.
El primer lastre es la incapacidad para concretar las ocasiones de gol de las que disfruta en cada partido. Que falta un 'killer' es cada vez más evidente. Ante la Peña Sport dispuso de muchas y claras oportunidades para haber goleado a los navarros en las dos partes del choque. Los cara a cara desaprovechados ante un estelar Iñigo Calvo -con Ñoño y Rayco de protagonistas, los dos goleadores blanquirrojos- no hacen más que evidenciar que a este equipo le falta pegada, porque no se puede achacar a la mala suerte tantos errores de cara a portería en tantos encuentros.
En Tafalla, la UDL la tuvo de todos los colores: en el primer palo, en el segundo, de cabeza, con el pie, de rechace, mano a mano contra el portero... Incluso tuvo el infortunio de que el árbitro anulara dos goles,uno en cada mitad. Especialmente discutido fue el primero de ellos por los jugadores, banquillo y los alrededor de 500 aficionados blanquirrojos desplazados a la comunidad vecina.
Rayco acertó con una de las muchas posibilidades de las que dispusieron los riojanos en el minuto 75 y Sergio Rodríguez decidió introducir los cambios pertinentes para amurallar el centro del campo y asegurar los tres puntos ante un conjunto local que se mostró prácticamente romo en ataque.
Y aquí llega el segundo problema endémico de la UDL. A los rivales de los logroñeses les basta con media ocasión para marcar un gol. Qué poquito necesitan los adversarios para lograr batir a Miguel (y no porque el capitán lo haga precisamente mal en la portería blanquirroja). Fermín Úriz logró el tanto del empate para la Peña Sport en el tiempo añadido. Ante un colista agobiado por una derrota que ya veía caer en su mochila y con un equipo reforzado con jugadores de refresco para no pasar apuros en los instantes finales, los de Sergio Rodríguez no supieron agarrar un triunfo que necesitaban y que merecieron. Pero los méritos los marcan los goles y la UDL no acumula demasiados. El empate sabe a derrota, por el rival, por el valor y por la forma de obtenerlo. Fueron demasiados perdones y un inoportuno regalo.
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