La UDL se desdibuja

Sergio Rodríguez lo venía mascando durante la semana. Va a ser verdad que Merkatondoa condiciona. Pero no sólo su césped, porque el de ayer no era peor que otros, sino por lo que parece que supone jugar en este escenario más corto de lo normal, pero más ancho que otros muchos. La primera decisión que tomó Rodríguez fue la de colocar tres centrales de inicio –Gorka, Caneda y Zabaco– por vez primera. Condicionado, pero funcionó mientras que el Izarra no insistió. Cuando lo hizo con un nueve sobre el campo como Gorka Laborda, fracasó. Así, el Izarra marcó por la vía en la que la UDL pensaba que lo haría, en caso de anotar. No supo cómo frenarlo.

Los blanquirrojos, con dos puntas sobre el césped –Roni y Vitoria–, hubieran firmado de antemano el inicio vivido, pues en sus dos primeras apariciones ofensivas sumaron sendos goles. El primero, a balón parado, y después de una espectacular chilena de Zabaco en el segundo palo; el segundo, tras una recuperación de cabeza de Andy en la medular y una carrera de Roni de cuarenta metros y posterior definición. Pintaban oros en Merkatondoa, donde lucía un suave sol de mediodía.

La UD Logroñés no dominaba, pero tampoco se sentía dominada. tenía el partido donde quería. Iago e Iñaki buscaban profundidad por ambos carriles. No ataca el Izarra, que apelaba al balón parado. La zaga riojana, con Errasti apoyándola, respondía. Toni, máximo goleador local con seis dianas, dio el primer aviso tras una carrera de Yoldi, que después de ganar en velocidad a Zabaco centró al segundo palo. Miño respondió con una mano abajo soberbia. Minutos antes, el portero había metido los puños a disparo lejano de Rúper. El partido era, a pesar de esos sobresaltos, en remanso de paz. Sergio Rodríguez parecía hacer acertado con su cambio de sistema.

Vitoria pudo sentenciar, si no lo estaba ya el partido, nada más reanudarse la segunda mitad. Su disparo lejano cogió dirección hacia la escuadra derecha. Álex Ruiz voló para despejarlo. Comenzaba el recital del navarro. Ambos se encontrarán pasada la hora de juego, después de un espectacular remate de Vitoria en plancha. Álex Ruiz despejó el cuero junto a la cepa del poste derecho. Manos a la cabeza, de lamento.

Justo antes de esa acción, Gorka Laborda se había sumado al partido. Un punta potente, corpulento. Balones aéreos en masa. Hasta eso momento, Valdo había ocupado la punta y la UDL había vivido cómodamente con tres centrales y un pivote posicional por delante. Y fue Laborda, son un remate de espuela, el que provocó un saque de esquina tras salvar Miño el gol. Uno más (lanzó once el Izarra). Balón parado y segunda jugada. Guion habitual. Fue a la segunda. Eguaras centró un baldo globito al área pequeña y Allala remató con Miño metido casi en su portería. En ese terreno debe ser el rey, nadie debe discutir su poder. No lo es. El sol se escondió. Las mentes se nublaron.

Vitoria abandonó el campo. Mala decisión. Su trabajo, y el Roni, impidieron que el Izarra jugase siempre en largo. De su área a la del rival. Fácil. Y con Laborda en el rectángulo. Roni, precisamente, cayó dentro del área tras un derribo infantil de Cabrera. Entró corriendo el asturiano, se frenó y el central le arrolló. Rayco cogió el balón, decidido, con personalidad. El canario necesita un buen partido, un gol, que rompa su estado actual. Fue valiente en el silencio. Andy, habitual desde los once metros, no dijo nada. Quien si habló fue Álex Ruiz, que desvió el cuero. Hubiera sido el 1-3 y quizá el mazazo definitivo (minuto 73). Ni una cosa ni otra.

El Izarra creció. Se mantenía en pie después de verse noqueado. Yoldi advirtió tras una rápida contra, pero el balón se perdió por línea de fondo. La UDL se había desdibujado. Se había echado atrás frutó del gol encajado. Nada peor que defender el resultado sin balón. La medular no existía. El carril de Yago era una autopista. El gallego debió acordarse de Rubén Martínez, tapón en la medular y suplente por primera vez. Sergio Rodríguez no reaccionaba ante esa vía de agua, cegado por el dibujo. Laborda seguía percutiendo con su cabeza.

Se juntó todo. Vitoria no estaba y Roni ya no tenía fuerzas para presionar. Cabrera puso la enésima diagonal al área. Laborda ganó el cuero por arriba y lo peinó. Yoldi lo sujetó a la espalda de Gorka Pérez. Iago no supo rebañárselo y apareció en carrera el riojano Pablo Ruiz para marcar por encima del cuerpo de Miño. Frío en Merkatondoa.

Quiso reaccionar la UDL, pero desde el lamento, no desde la ventaja que da una situación anímica superior. Rayco giró sobre sí mismo, si bien la curva del balón se topó con el guante de Álex Ruiz. Iba a la escuadra. Corrió Iñaki para golpear desde la esquina. Metió la cabeza Gorka Pérez y apareció el portero local. Otra vez Álex Ruiz. Él sí que tomó buenas decisiones. La UD Logroñés debe pensar que fue un mal día del que aprender. Sigue líder.