Otro empate para un Calahorra con mucho que mejorar

Diego Martínez se estrenaba en La Planilla y se esperaba del Calahorra un paso al frente. Así fue, con una buena primera mitad, en la que destacó la actitud inicial con la que salieron los rojillos, dispuestos a dominar a un rival al que tampoco le interesaba en exceso asumir la posesión y buscando los tres cuartos para romper a la zaga. La alineación fue una declaración de intenciones. Miguel actuó de extremo en la derecha para arrastrar al lateral y dejar espacios a Yasin. El Haddadi movió su posición a la punta de ataque, en perjucio de Celorrio, que se quedó en el banquillo. El Calahorra buscaba la movilidad y cumplió en parte.

En el minuto 19, la pizarra surtió efecto con un balón en profundidad que aprovechó Yasin para plantarse en el área. Su pase atrás lo remató Rodrigo rozando el palo en una de las mejores ocasiones. Eran minutos para aprovechar su iniciativa, pero costó generar demasiadas acciones en zona de peligro. Otra llegó en el minuto 36, en una combinación de Yasin y Miguel que finalizó Jorge con un inocente disparo.

Esas oportunidades fueron un espejismo, ya que al Calahorra le costaba encontrar ese célebre último pase, esa ruptura para llegar en superioridad y con claridad. Se mostraba impreciso y precipitado, un equipo con prisas. La situación no ayuda a jugar con calma, a madurar el juego. Mientras, el Leioa mantenía el tipo en labores defensivas, forzando a esos errores y aprovechándolos para buscar su potencial ofensivo en rápidas salidas. Un centro al que no llegó Guijarro y un buen disparo de Madrazo que sacó Roberto pudieron romper el empate.

Necesitaba algo más el Calahorra, pero la segunda parte fue cuesta abajo. La intensidad no bajó en los primeros minutos, pero los rojillos seguían sin enlazar con posiciones ofensivas. No se incomodaba el Leioa, que terminó creyendo en sus opciones de ganar. Ante la apatía ofensiva local, los vizcaínos ganaron la iniciativa y las mejores ocasiones volvieron a ser suyas. Yurrebaso finalizó a las manos del portero tras una pérdida rojilla, mientras que Roberto volvió a salvar en un cabezazo de Pradera en una falta lateral. Un Calahorra inédito en los minutos finales se marchaba con la sensación de que poco había cambiado.