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Trece puntos y diez jornadas por jugar. La UD Logroñés no ganó este domingo al Amorebieta y, en consecuencia, no ligó su sexta victoria consecutiva. Sin embargo, lo que puede parecer un mal resultado por estar acostumbrado a la victoria, no deja de ser un ... marcador positivo, porque la UD Logroñés suma otra semana sin perder, mantiene esa renta de trece puntos y resta un partido menos. En realidad, su ventaja es incluso mayor, porque ese punto sigue siendo importante. Y eso que los riojanos merecieron, por juego y ocasiones, vencer pero este domingo o el punto de mira no estaba ajustado o Saizar, portero del Amorebieta, firmó una de esas tardes que se recuerdan.
Sabía a lo que se enfrentaba la UD Logroñés en Las Gaunas. Lo sabía y lo respetaba. El Amorebieta tiene las virtudes de un equipo humilde del norte, pero además cuenta con calidad. Sergio Rodríguez apostó por el desgaste, con Roni como protagonista frente a tres centrales, y con la profundidad de Zelu y Ñoño a la espalda de los carriles vascos. No salió a la perfección, pero no fue un fracaso.
Que el Amorebieta no iba a hincar la rodilla era un hecho. Así, Ekain pudo marcar a los siete minutos, pero Miño tapó el primer palo al ver la incursión de Amorrortu hasta la línea de fondo. Fue el primero de los dos disparos entre los tres palos. El segundo acabó en las redes.
UD Logroñés
Miño, Santos, Caneda, Gorka, Iñaki, Errasti (Vitoria, m. 55), Zelu, Olaetxea, Andy, Ñoño (Ousama, 78), Roni (Rubén, m. 86)
1
-
1
Amorebieta
Saizar, Zarrabeitia, Aimar, Arregi, Jaso, Seguin, Bilbao, Ortega (Álvaro, m. 61), Molina, Amorrortu (Orozco, m. 71) y Ekain (Unai, m. 88).
goles: 0-1, min. 50, Seguín; 1-1, min. 68, Ander Vitoria
árbitro: Cueto Amigo. Colegio Castellano Leonés. Amonestó a Errasti, Olaetxea y Rubén, por la UDL; Molina y Álvaro, por el Amorebieta.
incidencias: Las Gaunas. Vigésimo octava jornada. 5.428 espectadores.
Entre ambas acciones, un amplio abanico de ocasiones locales. Le costó a la UDL entender que debía tener más el balón en su poder ante un rival que, precisamente, no hace caso a la posesión. Cuando comenzó a tocar y apareció en la creación Andy, el once local creció. Olvida la prisa por llegar a Roni para que se perdiera en peleas tan individuales como desiguales de uno contra tres. Así, una primera incursión de Ñoño por la izquierda acabó con un tímido disparo que, no obstante, blocó en dos tiempos Saizar. Su única duda. Antes de alcanzar la media hora, Iñaki aprovechó su toque de balón para que Andy lo dejará dentro del área de cara a Ñoño. Su latigazo se encontró con Saizar. Despeje y acrobático remate de Roni. Segundo despeje y desesperación. Probó la UDL a balón parado, pero Saizar quería el protagonismo para sí. El cabezazo de Caneda en el primer palo se topó con el guante izquierdo del portero. Se agigantaba por momentos la figura del cancerbero, que hacía dudar a los locales de su capacidad.
Acertar. Esa era la cuestión. Pero no solo para la UDL, sino también para el Amorebieta. Los vascos exprimen al máximo el gol y cualquier acción pasajera la convierten en un advertencia. Se preparaba el Amorebieta para botar un córner desde la derecha. Seguin se acertó hasta el banderín, no para sacar, sino para coger el brazalete de capitán de manos del delegado del equipo. Parecía que la jugada no iba con él. Enredado en colocarse en el brazo, se asomó al área y se encontró con un despeje de Caneda. Disparo con la izquierda. Le pegó a Ekain, dentro del área. Errasti metió la pierna y el balón acabó en la bota derecha de Seguin. La menos buena. Le pegó raso, tocó muy ligeramente en Gorka y superó a Miño. Gol de Seguin, que pareció pasar por allí, pero que en realidad disfrutó de dos rechaces. Así también se gana.
La UDL regresaba a Fadura. Por detrás en le marcador. Allí empató en el minuto 66. Aquí, en el 69. Andy, con un vuelo de más de cuarenta metros de balón; Ñoño, con su velocidad; Iñaki, con su aparición sorpresiva; y Vitoria, como nueve que es, generaron el empate. Lo había tenido Andy minutos antes, pero su testarazo se había topado con la madera. Y Olaetxea, pero esta vez Arregi tocó el balón pero no despistó a Saizar. Incluso hubo una pena máxima de esas que se pitan gracias al VAR, cuando Arregi tocó el cuero con su brazo al tirarse al suelo. Solo las cámaras de TVR lo vieron.
Empezaba otro partido. El de la remontada. Sin embargo, el Amorebieta no es el Arenas. Es mucho más complejo. Con tres puntas en ataque, repitiendo la fórmula de ocho días antes, la UDL se volcó en la portería de Saizar. No se conformaba con el empate. Andy sacó el tiralíneas para ganar la espalda a Jaso con su pase, Vitoria cruzó el cuero, pero Arregi lo despejó sobre la raya de gol. Ni una pizca de fortuna.
Crecían los locales, pero llegó un momento en el que el corazón se impuso a la cabeza y Saizar pasó de la tensión a la calma. Si no puedes ganar, no pierdes, escuchaban los locales en sus mentes. Un punto más en la cuenta; un punto menos en su carrera hacia la primera plaza. Además, la grada lo aprobaba con su apoyo continuo. Por un momento parecía ganar la UDL. No en el marcador, pero sí al medio plazo de diez partidos más.
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