Quinto partido consecutivo sin perder y tercer triunfo seguido. Los resultados son fiel reflejo de que la UD Logroñés sigue creciendo y está ya en una dinámica que invita a pensar en que se ha metido definitivamente en la lucha por el ascenso. ... En Baracaldo (0-1) demostró que es fiable ante los equipos de arriba y que ha encontrado definitivamente un camino en el que tampoco es necesaria la excelencia ofensiva siempre que se saque partido de cada uno de los pocos goles que consigue y se mantenga a Miguel como uno de los porteros menos goleados de las ligas europeas.
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Los blanquirrojos se han ganado el respeto de todos tras un comienzo de 2019 admirable. Ahora toca consolidarse entre el privilegiado póquer de envidiados equipos que ahora mismo tendrían plaza en la fase de ascenso a la Segunda División del fútbol español.
La ocasión era pintiparada para seguir la línea ascendente en el juego y, sobre todo, en la clasificación. Por la mañana, la derrota ante el Langreo del Oviedo, cuarto clasificado, permitía a los blanquirrojos darle alcance con un empate y superarle con un triunfo. Además, ganar en Baracaldo suponía también recortar a la mitad los seis puntos de diferencia que le llevaba a los logroñeses el tercero en la tabla.
Ya avisaba Sergio Rodríguez que el Barakaldo tenía pocos defectos y que sabía sacar mucho rédito a su solvencia defensiva y a los pocos goles que había marcado hasta el momento. De hecho, el rival de este domingo era un calco mejorado de la UDL. Similar solidez defensiva, parecidos problemas ofensivos, pero más efectivo que los blanquirrojos.
Barakaldo
Viorel, Aguirrezabala, Prats, Erik Ruiz, Royo, Carles Marc, AntonioSánchez, Villacañas, Iurgi (Arencibia, m. 76), Barbosa (Sergio García, 83) y Dopi (Fran García, m. 76).
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UD Logroñés
Miguel, Iglesias, Caneda, Bobadilla, Flaño (Ñoño, 63), Andy, Salvador, Rubén Martínez (Santos, 81), Iñaki, Víctor López (Ousama, 87) y Marcos André.
gol 0-1, m. 68. Rubén Martínez culmina con un disparo cruzado un fantástico contragolpe lanzado por Ñoño y con centro de Víctor López desde dentro del área.
árbitro Caparrós Hernández (Colegio Valenciano). Ayudado por Argente y Fuentes. Amonestó a Royo (24 y 61), que fue expulsado por doble amarilla, por el Barakaldo; y a Salvador, por la UD Logroñés.
El equipo logroñés comenzó serio, intentando mandar sobre el terreno de juego del coqueto Lasesarre. El Barakaldo no tenía prisa alguna para buscar la portería de Miguel. Los visitantes tampoco encontraban fisuras en el muro vasco para acercarse a los dominios de Viorel. Así que el gol no tenía mucha pinta de aparecer pronto.
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La primera ocasión con cierta hondura de la UDL fue una falta que Iñaki disparó y que el portero local atajó. Corría ya para entonces el minuto 25.
El Barakaldo, por su parte, tardó algo más en acariciar el gol. Fue en el 31. Eso sí, casi se cantaba entre la hinchada visitante el primer tanto del choque, pero entre Miguel y Bobadilla, sobre la línea, consiguieron desbaratar la oportunidad de Villacañas.
Fue el comienzo de unos minutos de desconcierto de los riojanos sobre un campo pesado y que pudo acabar mal si Erik, en el 37, hubiera acertado con su cabezazo tras lanzar Villacañas una falta. El testarazo del '5' local pilló a contrapié a Miguel pero, afortunadamente, el balón se marchó fuera por centímetros.
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Ahí quedaron los arranques previos al descanso de un Barakaldo que se dejaba controlar pero al que se le veía el colmillo afilado para morder en cuanto el rival dejara a la vista la yugular.
La segunda mitad comenzó con susto. Una pérdida en el centro del campo de Carles Salvador provocó la rápida contra de Villacañas que acabó con un tiro de Dopi. Bobadilla logró desviar el disparo, pero el Barakaldo volvía a demostrar que iba a intentar aprovechar cualquier fallo de concentración.
Sin embargo, era la UDL la que ahora pegaba con más fuerza. Primero Víctor López, que no aprovechó una ocasión franca para batir a Viorel. Después, Andy tampoco acertó con su remate de cabeza tras una falta botada por Carles Salvador.
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En el 60 llegó la jugada que marcó el partido. El equilibrio de fuerzas se quebró cuando Manel Royo derribó a Víctor López cuando el blanquirrojo se marchaba hacia la portería local. Caparrós Hernández (sí, el árbitro de infausto recuerdo de la eliminatoria de ascenso ante el Huracán) le mostró la amarilla, la segunda. Roja, a la calle, y los locales se quedaban con diez.
Sergio Rodríguez movió ficha y metió en el campo a Ñoño que, nada más entrar, ya tuvo incidencia en el choque. Una gran jugada del gaditano la finiquitó Víctor con un remate alto.
En el 68, otra vez Ñoño se lanzó hacia la portería local. Esta vez, cedió a Víctor, que prolongó para Rubén Martínez, que disparó con toda el alma y, esta vez sí, el balón besó la red vasca.
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Con superioridad numérica y un gol a favor, el partido no podía pintar mejor para la UD Logroñés. Llegaba el turno de tocar el balón, de combinar con calma, de sacar de su sitio a los adversarios. La prisa la tenía el Barakaldo.
Los vascos intentaban apretar en busca de un gol salvador pero, a pesar de ciertos nervios que se despertaron por el bando blanquirrojo, Miguel avanzó sin apenas aprietos hacia otro encuentro sin recibir gol alguno, capitaneando a una UD Logroñés que no para de crecer. Ojalá no pare hasta el verano.
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