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Viajó a Urritxe el Calahorra con la intención de ganarse los regalos de Reyes. Terminar con victoria y 31 puntos la primera vuelta era el paquete envuelto a la perfección, grande, con brillos. El esperado. Sin embargo, ante el Amorebieta el Calahorra sólo se llevó ... carbón. No mereció otra cosa. Los rojillos mantuvieron el tipo durante cuarenta y cinco minutos, pero desaparecieron tras el descanso. Una cuestión de intensidad y de actitud, también de fútbol. El Amorebieta le superó en todos los aspectos e incluso al derrota por la mínima se quedó corta. No dieron la talla los rojillos en la prueba de Urritxe.
El viernes, en el último entrenamiento previo al partido, el Calahorra ensayaba una versión diferente, basada en el juego directo, buscando los balones largos a Chaco y construyendo a partir de ahí rápidas llegadas por medio de Jorge y Carralero. No sería un día para tocar en corto ni disfrutar de largas posesiones. Los rojillos debían ser otros en Urritxe, que tal y como esperaban, les recibió con un césped espeso e impredecible. Además, Miguel Sola apostó por una línea de cinco en defensa, en la que se estrenó Mikel Santamaría.
Los primeros minutos invitaron a pensar que el plan del Calahorra funcionaría, que podían ganar desde esa versión. Sin embargo, el partido terminaría por demostrar que el Amorebieta estaba mucho más habituado a ese juego, ejecutándolo de forma precisa. Una acción en el minuto 5 lo evidenció, en un balón largo peinado que ganó Orozko a la espalda de la defensa rojilla. Gorka Alegría estuvo atento para evitar en uno contra uno.
Amorebieta
Saizar, Aldalur, Arregui, Bilbao (Remen, m. 71), Amorrortu (Gabri, m. 79), Álvaro (Ekaitz, m. 83), Seguín, Markel, Orozko, Aimar y Antxon.
1
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0
Calahorra
Gorka, José Ramón, Alberto, Echaide (Márquez, m. 69), Santamaría, Morgado, Cristian, Kamal, Carralero (Goñi, m. 60), Jorge (Sergio Benito, m. 77) y Chaco.
goles: 1-0, m. 65. Bilbao.
árbitro: García Riesgo, con Isasi Iglesias y Roberto Álvaro (Colegio Asturiano). Amonestó al local Bilbao y a los visitantes Echaide y Jorge.
Era lo que quería el Calahorra, buscando una y otra vez a Chaco, que se peleaba con centrales y mediocentros locales para abrir juego. Finalmente consiguieron culminar los rojllos la jugada que buscaban, en una peinada del delantero que dejó a Carralero en el área con todo a favor. El extremo, que no tuvo su día, mandó el balón muy alto. Poco antes también tuvo otra oportunidad, esta vez enviada por la defensa a córner, después de una llegada hasta la línea de fondo de José Ramón, que ayer se estrenó como carrilero, con Márquez y Yasin en el banquillo. Fueron las dos ocasiones que tuvo el Calahorra para poner a favor un partido que pronto se precipitaría al desastre.
Los últimos minutos del primer tiempo fueron del Amorebieta, que replicó la mayor presencia ofensiva del Calahorra en los primeros compases. Sin embargo, la línea de tres centrales rojilla funcionaba para evitar excesivos peligros. Había una relativa tranquilidad pero no dejaba de ser sintomático sobre el crecimiento al que apuntaba un Amorebieta más poderoso en el centro del campo y que empezaba a superar por las bandas el sistema defensivo riojabajeño.
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La vuelta de vestuarios mantuvo la tónica con un par de acercamientos peligrosos de los locales, una jugada ensayada que Santamaría despejó a córner y un remate a placer de Amorrortu que salvó Gorka en primera instancia y Alberto en segunda. Esta última jugada mostró a un Calahorra con sus líneas rotas y sin contundencia defensiva. A un contragolpe que afrontó en inferioridad, el Amorebieta le sacó excesivo petróleo. Era el principio del fin.
Sufría el Calahorra, totalmente desubicado sin el balón, corriendo detrás de un Amorebieta que se permitió por momentos trenzar buenas jugadas. Se sentían cómodos los vizcaínos ante un rival que no daba la réplica. No era capaz el Calahorra de hacer nada con el esférico y la portería local se alejaba cada vez más. Ni siquiera ya Chaco ganaba esas batallas que dieron vida a los rojillos en el primer tiempo.
Con esos ingredientes, el partido siguió por el camino más lógico. En el minuto 65, dentro de las numerosas calamidades rojillas, Morgado se equivocaba al despejar un balón sencillo y terminaba cometiendo una falta pegada a la banda. Seguín colgó a la perfección y Aimar y Aguirre cambiaron sus marcas para sorprender a la defensa rojilla, elevándose el segundo y enganchando un inapelable cabezazo. El Amorebieta había cumplido con su parte.
El Calahorra necesitaba un aliciente para reaccionar pero el gol en contra no lo fue. Siguió la misma actitud, esa inconsistencia que le había débil en defensa e inofensivo en ataque. Pasó entonces Miguel Sola a formar con cuatro defensa, buscando superioridades en las bandas, pero apenas se acercaron los rojillos al área de Saizar en más de media hora. Solamente algún balón colgado que terminó sin remate claro puso en tensión a los locales. Además, pudo el Amorebieta marcar algún otro gol. La ocasión más clara fue de Gabri, después de robar a Santamaría en el área, pero Gorka volvió a salvar.
No era el día de sumar. Este domingo será el de reflexionar sobre una tarde que debía haber puesto el broche, pero que deja un amargo final sobre la primera vuelta. Los 28 puntos son una gran cifra para el Calahorra, sobresaliente, pero ya están los rojillos puestos sobre aviso. La segunda mitad del campeonato no ofrecerá concesiones.
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