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El cuatro de oros es la carta que abre el juego del tute. A partir de ese primer movimiento, todo fluye de desigual manera para los jugadores. La UD Logroñés jugó ayer esa primera baza en Lezama y la ganó. Tenía el cuatro de oros ... en su formación después de semanas hablando de espadas, pero posiblemente el único que lo sabía con certeza, o al menos creía en ella, era Sergio Rodríguez.
El entrenador de este equipo es uno de esos cuatro oros, por no decir el as. Cambió la dinámica de un equipo hundido y en el que sus jugadores estaban en la puerta de salida porque no valían para el proyecto. Ahora, todos son válidos. Y no sólo por el triunfo de ayer, sino por la firma que rubricaron hace unos meses. No eran piezas inútiles, sino mal manejadas.
Más oro. Como entrenador de la casa que es, mucho más complejo será ser profeta en su tierra. Ha comenzado la Liga con un plantilla muy limitada y sin alzar la voz ni buscar excusas. Su mejor respuesta ha sido la victoria que centra siempre en sus jugadores. Sergio se incluye en ese dicho futbolístico que reza que siempre lo de fuera de casa es mejor que lo de casa. Hasta la fecha no es inferior a nadie y sin primeros espadas en su plantilla.
Tercer oro. No hay entrenador que no llegue a un equipo al que no se le llene la boca al hablar de la cantera. Se puede hablar y se puede hacer. Si ustedes repasan un once de la UD Logroñés, no verán a dos jugadores de la cantera (Zubiri y Arnedo) en su formación inicial... y menos el primer partido de Liga. Y si suman a Marcos André, que llegó hace un año al filial, tres futbolistas. Por cierto, espectacular una de sus jugadas con recuperación en campo propio y llegada al área vasca tras irse de tres jugadores para que disparase Espina. Hay que tener personalidad para colocar a Arnedo en el once y en un escenario como Lezama. Otro hubiera forzado a Remón o hubiera sacado de sitio a un futbolista más experto. Y no denota sólo personalidad, sino también conocimiento de lo que hay más allá del primer equipo. Así, sí se puede hacer cantera.
Cuarto oro. El resultado. Comenzar la Liga ganando tiene un valor incalculable, sobre todo anímicamente. Jamás había comenzado la temporada con un triunfo a domicilio. Sergio Rodríguez se reafirma en su concepto del fútbol; y sus jugadores, que creen ciegamente en él. Y no solo están convencidos de que pueden jugar bien, sino que pueden ganar jugando bien, algo harto difícil y sueño al que aspira cualquier entrenador.
Rodríguez ha dotado de personalidad a este equipo porque se sabe cómo juega, pero se desconoce todo su potencial. En el primer gol participan siete jugadores antes de que Carles Salvador marque tras romper a su marca con un cambio de ritmo. Engaño por la derecha y letal por la izquierda. Señas de identidad de este equipo.
Una vez descubierto el oro, bueno sería dar al entrenador los medios adecuados para enriquecer, deportivamente, a este club. El respeto ya lo tiene. Era inteligente como jugador y lo es como entrenador. Vamos, un tipo inteligente. Pero necesita algo más para intentar lograr un objetivo inalcanzable hasta ahora: más jugadores. Los famosos espadas. Se lo ha ganado con creces y tampoco hay que pensar que hará el milagro de los panes y peces en la cantera en un abrir y cerrar de ojos. Aquí sí deben tratarlo como si no fuera de la casa y ser más complacientes a sus peticiones. Sergio sí puede firmar el ascenso, aunque sea una osadía decirlo un 20 de agosto del 2017.
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