Secciones
Servicios
Destacamos
La UD Logroñés se ha quedado sin Copa en uno de los partidos más locos que se recuerdan: los riojanos ganaban 0-2 cuando al partido le quedaban apenas 8 minutos, pero ha acabado perdiendo. Y cómo ha podido pasar eso... Nadie lo sabe. Locura ... total. Una locura que ha acabado con la UDL.
Recapitulemos. Antes del minuto 82 la UDL había hecho un buen encuentro. No había sido gran dominador, porque el Formentera es uno de esos equipos que saben lo que quieren, y lo quieren mucho. Intensos, directos, muy peligrosos por bandas.
Pudieron los isleños haber marcardo en el 31, tras no acertar a resolver un barullo en la boca de gol. Pero también pudo marcar el Logroñés, en una falta de Iván Aguilar que paró bien el guardameta local o si el colegiado hubiera señalado lo que pareció penalti sobre Aguilar en el 39.
Pero en la segunda mitad las cosas cambiaron. Cara y cruz: pudo ser autogol de Miguel Santos, pero el balón acabó en el palo, y en la siguiente jugada llegó el gol de Aguilar: buen tanto de 9. Quizá la única buena noticia del encuentro, la reparición de un Aguilar al que se esperaba con ansia.
El Formentera quiso venirse entonces arriba, con más intensidad que ocasiones, haciendo daño por banda pero sin cuadrar el último pase. Y entonces volvió a golpear la UDL, esta vez con una buena jugada por la banda izquierda culminada en cabezazo sutil por Marcos André, por encima del portero.
Ahí murió el Formentera. Se puede jurar: durante 10 minut0s, los isleños parecían cadáveres, mientras la UDL tocaba sin demasiados problemas. Pero algo debe haber en el espíritu del isleño, porque los rojos se levantaron, empezaron a apretar, y empezaron a buscar.
Siempre por banda, llegaron los goles. Bruno, en el 82. Ahí, a la UD le temblaron las canillas. Todos los balones divididos eran locales, todos los rechaces también. Parecía imposible pero... en el 87, el lateral derecho Kinglsey hacía el 2-2.
No hubo más. Prórroga.
Si el final del partido había sido propio de orates, la prórroga fue peor. Los locales estaban para entonces con 10, porque se había lesionado el autor del 1-2, Bruno. Así que lo que hicieron cobra aún más mérito.
El Formentera se adelantó en kl 95, gol de Daylos, ante una defensa de la UDL que de repente había dejado de valer un pimiento. Parecía que las cosas no podían ir peor, porque a los blanquirrojos no les funcionaban la cabeza, las piernas ni el corazón. Pero aún hubo otra curva: en el 103, a punto de terminar la primera parte, el árbitro pitó un penalti sobre Ramiro que los locales protestaron mucho. Muneta lo marcó, y el partido estaba 3-3.
Descanso de la prórroga. Gente al suelo, agua, ánimo. La UDL estaba con uno más y mandaba. Se podía.
Hasta que se dejó de poder: nada más volver el juego, un tiro de Gabri dio en un defensor (¿Ramiro?) y se coló. Era el 4-3.
Desde ahí, porfía sin fuerzas ni demasiada fe, y los minutos se escurrían. El árbitro pitó, y el Formentera celebra una gesta que merece ser celebrada.
A la UDL, mientras, se la llevaba por delante una ola de locura. No hizo casi nada mal... pero a veces con eso no vale. Adiós a la Copa, queda la Liga. Que es mucho.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.