Un conjunto sin grandes objetivos ni delanteros titulares

En diciembre, la directiva del Real Unión decidió cambiar de entrenador y prescindir de Asier Santana y fichar a José Luis Ribera como técnico. De su mano, los guipuzcoanos han logrado asentarse en la zona tranquila, con un fútbol cuidado pero con mucha mayor atención a la defensa. Sin complicaciones, con siete jornadas sin perder (hasta hace dos, cuando cayó frente al Osasuna B y, el fin de semana pasado, ante el Tudelano), el futuro se prevé tranquilo. Eso sí, nadie se quiere confiar para evitar ulteriores problemas.

Su visita a Las Gaunas no llegará en las mejores condiciones para el Real Unión. Especialmente resentido llegará su ataque. Sus dos principales arietes (Galán y Orbegozo, ambos con seis goles) o bien no estarán, en el caso del primero, o bien llegarán sin entrenar después de casi un mes en el dique seco, en el del segundo. Sin ellos, el quinto conjunto menos goleador de la categoría perdería más de la mitad de sus goles (12 de 23).

Sin ellos, Juan Domínguez será el encargado de ocupar la punta, con el apoyo de Llamas y el de El Haddadi, desde la banda izquierda. Como ya es habitual, los hombres fijos en el once de los guipuzcoanos serán el portero Otaño, el central Esnaola y el centrocampista Mikel Alonso, con una larga trayectoria en Primera, Segunda División y la Premier inglesa. Sobre él pivota el juego del equipo, al igual que sobre Ekhi.

Los vascos, además, sufren mucho fuera de casa. Sólo nueve de los 36 puntos que acumulan los han logrado lejos del Stadium Gal, unos registros muy pobres.