Hubo un tiempo en el que el fútbol en La Rioja era en color. Mejor dicho, en tecnicolor. El Club Deportivo Logroñés se codeaba con el Real Madrid y el Barcelona, y el resto de grandes de Primera División. Y en Logroño se respiraba ... fútbol por las barras de los bares y las tertulias del Espolón, por sus cuatro costados, por sus Cuatro Cantones.
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El CD Logroñés y Las Gaunas eran vistos con buenos ojos por el fútbol patrio. Un campo, Las Gaunas, al que se le cogía cariño en las retransmisiones de televisión y que llegabas a venerar si tenías la suerte de vivir un partido en su popular General o en su 'británica' Preferencia. Si para el irrepetible Juanito «noventa minuti» en el Bernabéu eran «molto longo», un partido en Las Gaunas podía ser una tortura para cualquier equipo intentando escapar del barro, la lluvia y el empuje de una afición entregada que se aferraba a la valla -con los dedos metidos entre los cuadrados que dibujaba el verde alambre- para situar la cara a un metro escaso de su campo, de sus jugadores, de sus sueños.
Y un equipo, el Club Deportivo Logroñés, que se granjeó el afecto de todos los rivales desplegando el manual básico de cualquier equipo modesto: derroche físico por encima de lo normal, entrega desmedida, pasión por unos colores que se convertían en religión y romance con una afición deseosa de gestas extraordinarias que veía a sus futbolistas como héroes mitológicos.
Era otro deporte, otra época, otro siglo. Dos generaciones (veinte años) de blanquirrojos no lo conocieron y crecieron huérfanos futbolísticamente hablando. Fundido a negro.
Sin embargo, la Unión Deportiva Logroñés, otro club diferente y misma pasión en blanco y rojo, ha obrado el milagro. Un milagro que se atisbaba de lejos hace algunos años y que ya nos dejó un anticipo en la calle República Argentina el pasado 'play off'.
Pero no ha sido fácil para la UDL y su afición. El inicio de temporada fue complicado. La sombra de la pasada campaña era larga y aún se hizo mayor con un nuevo comienzo indeciso: empate en Ibaia (1-1), derrota en Las Gaunas en el primer derbi regional, contra el Haro (0-1), y empate en el otro derbi, en La Planilla (1-1). Dos puntos de nueve posibles era un pobre balance inicial para un equipo que aspiraba a todo.
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18 son los triunfos que ha logrado hasta que el coronavirus obligó a interrumpir la competición liguera. Junto al Atlético Baleares, también con 18 victorias, es el equipo de la categoría que más veces ha sumado de tres en tres.
2 derrotas ha encajado la UD Logroñés en la temporada. La primera muy pronto (jornada 2) en Las Gaunas ante el Haro (0-1). La segunda fue en Lezama (3-1). En este apartado el Marbella (Grupo IV) presenta los mejores registros con solo una derrota.
19 goles en contra ha encajado la UDL. EL Ibiza (Grupo I), con 18, es el equipo menos goleado de la categoría.
La inercia de la UDL cambió cuando se enfrentó a uno de los gallitos de la categoría, la Cultural. Victoria en Las Gaunas (3-2) con goles de Vitoria, Olaetxea y Andy. Aquel fue el punto de inflexión que necesitaba el equipo para creérselo. Llegaron después seis triunfos consecutivos empezando en Salamanca (0-2), ganando al Tudelano en Las Gaunas (4-0), venciendo en Tajonar (0-1), repitiendo goleada en Las Gaunas, ahora ante el Arenas (4-0), haciendo los deberes en el siempre complicado Urritxe ante el Amorebieta (0-1) y derrotando al Real Unión en Logroño (3-2).
Para entonces la UDL ya era colíder, empatada a puntos (23) con el Athletic B, y se manejaba como un equipo veterano, con oficio y que había encontrado en el trivote su fórmula mágica. Andy, Errasti y Olaetxea dotaban de equilibrio a una zaga asentada y a una delantera con mucha pólvora. En realidad, no solo Vitoria y Roni anotaban. Una de las virtudes de la propuesta de Sergio Rodríguez es que veían portería con facilidad Olaetxea, Ñoño, Rubén Martínez y Andy, entre otros. Atrás, en la portería, Miño ganaba en seguridad bajo palos y sembraba dudas cuando salía del área pequeña.
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Fue el Athletic B el que cortó la racha de victorias de la UDL, en Lezama (3-1). La última derrota de la temporada. Tras empatar con el Valladolid en Las Gaunas (1-1), de nuevo fue la visita de uno de los favoritos del grupo, el Burgos, la que precipitó otra gran racha blanquirroja. Victoria en Logroño (3-0), que se ratificó en el campo del Unionistas (1-4) y con otro triunfo en casa, en esta ocasión ante el Guijuelo (2-0).
El liderato era ya de los riojanos (33), con tres puntos de ventaja sobre el Athletic (30). Antes del parón navideño, un empate en Estella (2-2) y victorias, en Las Gaunas ante el Leioa (4-1), y en Baracaldo (0-1). La ventaja en el liderato era ya de cinco puntos, ahora respecto a la Cultural.
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El mercado de invierno sirvió para despedir a Rayco y Álamo, y para dar la bienvenida a Zelu, Petcoff y Carrique.
Le costó carburar a la UD Logroñés en el regreso a la competición, firmando dos empates sin goles en casa, ante Real Sociedad y Alavés. Venció en El Mazo (1-2) en un vibrante derbi y regresó al empate a cero en Las Gaunas, ante el Calahorra.
En la jornada 23 el equipo blanquirrojo dio un golpe sobre la mesa y derrotó en León a la Cultural (0-2). Con seis puntos de ventaja sobre el Athletic, de nuevo segundo, el equipo de Sergio Rodríguez despegó y puso tierra de por medio con sus perseguidores merced a dos victorias en Las Gaunas, ante Salamanca (1-0) y Osasuna (2-1), y dos fuera, en Tudela (0-1) y en Guecho (1-2). El empate (1-1) en Las Gaunas ante el Amorebieta fue el último partido que jugó la UDL. Fue 8 de marzo.
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Además de una brillante trayectoria en la Liga, la UD Logroñés también destacó en la Copa del Rey, que en esta edición estrenaba nuevo formato, dando más protagonismo a los equipos modestos.
La trayectoria blanquirroja arrancó con un aseado triunfo ante el Marino de Luanco (2-1). Corría el mes de diciembre y para entonces el equipo de Sergio Rodríguez ya lideraba la clasificación liguera.
Fue en la segunda eliminatoria, ante el Cádiz, cuando Las Gaunas vivió la noche más emocionante de la temporadada. Líder de Segunda contra líder del Grupo II de Segunda B. Como premio: jugar contra uno de los equipos españoles que estaban jugando la Champions: Real Madrid, Barcelona, Atlético de Madrid o Valencia.
Más de cinco mil quinientos espectadores vibraron con los primeros noventa minutos (1-1). Luego con la prórroga y, por último, con la tanda de penaltis. Pablo Fid detuvo un penalti y Bodiger tiró otro a la grada. Por su parte, los tiradores riojanos Iñaki, Gorka (a lo Panenka), Vitoria y Errasti no, no fallaron. Apoteosis.
Lástima que no hubiera suerte en el sorteo y la UDL se tuvo que 'conformar' con el Valencia. Los de Celades vencieron por la mínima (0-1) con un gol de Maxi Gómez. Pero los blanquirrojos no le perdieron la cara nunca. Lo mejor de todo: 11.152 almas en las gradas de Las Gaunas.
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