Sumar desde los cimientos

«Debemos aprender de la pasada campaña, tuvimos un lastre de goles en defensa que tenemos que corregir, mejorar en esa faceta», recalcó Miguel Sola al inicio de la pretemporada, tras el primer entrenamiento. Dicho y hecho. El Calahorra encaraba en Lezama una de las salidas más complejas de todo el calendario, ante un rival maduro pese a su juventud y con una alegría en el juego que muestra el buen trabajo de la cantera rojiblanca y el potencial de unos futbolistas con ganas de lucirse. Ante eso, a los riojanos solamente les quedaba trabajar y así lo hicieron. La entrada de Cristian como mediocentro fue una declaración de intenciones y precisamente el capitán fue uno de los más brillantes en la labor de contención.

Defender era cosa de todos y es difícil conseguir ese perfecto equilibrio del punta al portero a estas alturas de temporada. No fue perfecto en ese aspecto el Calahorra. El Athletic B hizo sufrir a los rojillos de una primera media hora asfixiante. Ya en la jugada que abrió el partido, San Bartolomé avisó con un remate que se marchó alto. Justo después, el mismo protagonista encontró un hueco entre la defensa rojilla y sacó un disparo que también se marchó desviado. Sin respiro ni tregua inicial.

El Athletic B abusaba de la dupla que por su banda derecha formaban el lateral Areso y el extremo Zárraga. Un elemento desestabilizador que ni Goñi, superado en labores defensivas, ni Morgado, que no daba a basto, ni Cristian, que trataba de echar una mano en la banda, conseguían frenar. Además, los rojillos debían tener extremo cuidado en las pérdidas, ya que cualquier recuperación servía al Athletic B para armar peligrosas contras, como una en el minuto 17 que obligó a Zabal a realizar salvadoras paradas a tiros de Tascón y Morcillo.

El Calahorra pedía la hora, pero no sólo el descanso, sino el final del partido. Parecía que se iban a hacer eternos los noventa minutos, pero a la media hora, un par de acciones a balón parado favorables a los riojanos consiguieron dar la pausa necesaria al choque. Jorge colgó una falta que Alberto cabeceó y Chaco remató para que despejase la defensa a córner. Un primer aviso, tímido, pero suficiente para que el Calahorra se empezase a dejar ver en el campo rival, especialmente con Jorge entre líneas y Márquez llegando por la derecha.

El descanso era peligroso, ya que podía suponer un nuevo inicio para el Athletic B. Otro como el del primer tiempo sería difícil de resistir para el Calahorra. Sin embargo, los de Miguel Sola ganaron presencia en el campo en el segundo periodo. El partido seguía teniendo color rojiblanco, pero no con la misma intensidad. El Calahorra discutía la posesión, ganaba pequeñas batallas en el centro del campo y los locales no lograban llegar con la misma continuidad. Generaban peligro, mucho más que los visitantes, pero el chaparrón, pese a la continua y pesada lluvia en Lezama, había pasado para el Calahorra.

Le faltó en esos momentos un punto de frescura al Calahorra para dar un paso al frente y lanzarse a por el partido, aunque Jorge con un disparo desde la frontal que se marchó rozando el poste tuvo una buena ocasión, además de otros acercamientos a balón parado. Pero en la recta final seguía siendo el Athletic el que más cerca estaba de mover ese marcador tan valioso. Primero asustó Córdoba con una cabalgada por la izquierda que terminó en saque de esquina, después Vivian con un disparo raso que se fue al lateral de la red y también Córdoba tuvo en su cabeza el gol que rompiese las tablas en un saque de esquina que, sin oposición, mandó fuera.

El pitido final fue un sonido de alivio para el Calahorra. Los rojillos querían cimentar en el aspecto defensivo su nuevo proyecto. Aprender de los errores. Por el momento, las primeras impresiones invitan a una valoración optimista.

Pocos reproches tenía ayer Miguel Sola para sus futbolistas después de un empate que muchos hubiesen firmado antes de viajar a Lezama. El Athletic B asustaba, pero el Calahorra logró contenerle gracias a ese trabajo colectivo que pedía el técnico el día antes del choque, recalando ayer que «no podíamos estar defendiendo los cinco, o trabajábamos todos o este equipo te puede meter muchos goles».

Miguel Sola centró precisamente su discurso a la finalización del choque en ese esfuerzo que tuvieron que hacer sus jugadores durante todo el partido, destacando esos compases iniciales en los que el Athletic B arrolló: «Ha empezado con un ritmo trepidante, ha sido difícil aguantar los primeros 25 minutos porque han salido a por todas». Después de esos momentos críticos, el técnico apreció una mejoría tanto en la recta final del primer tiempo como, especialmente, en el segundo, y valorando globalmente que «es un punto muy meritorio y hay que darle valor al trabajo».

En ataque el Calahorra apareció poco, algo que Sola justificaba con que «cuando haces esfuerzos tan grandes no quedan demasiadas fuerzas para llegar», comentando además que «ha faltado ese último pase en las contras pero cuando no tienes frescura no es fácil».