El Castellón: blanquinegro ave Fénix mediterráneo

Cinco años en Segunda División, incluso alguno de ellos mirando la Primera muy de cerca, encadenados posteriormente con un descenso deportivo a Segunda División B y otro administrativo a Tercera. Y de ahí, vuelta a la senda de la victoria para retornar a la división de bronce del fútbol nacional, con una permanencia certificada con todo Castalia en silencio, pegado al transistor, esperando el milagro de que el Conquense –ya descendido y que perdía– empatase en Alcoy. Y llegó el gol salvador en el último suspiro.

Así ha transcurrido la última década futbolística en Castellón. Una montaña rusa de experiencias que ha fortalecido la unión del equipo con una afición que le acompaña en lo bueno y en lo malo. Cerca de 14.000 socios cuenta en estos momentos el Castellón. Y la afluencia al Nuevo Castalia no suele bajar de los diez mil asistentes.

Con el mismo técnico que obró el milagro la pasada temporada, Óscar Cano, y con más de media plantilla similar, el CD Castellón de la campaña 2019/20 ha protagonizado un curso muy regular, en el grupo más igualado de la categoría, para colocarse al frente de la clasificación en el momento preciso. Ya encabezó el Grupo III en la jornada 16 y desde entonces rondó el liderato hasta que volvió a recuperarlo en la jornada 26, solo a dos del inesperado parón por el coronavirus que ha cambiado todo.

El Castellón de Óscar Cano es un conjunto disciplinado, que trabaja con especial ahínco en labores defensivas (es el segundo equipo menos goleado del grupo con 24 goles en contra) y que ve portería con cierta facilidad (40 goles, segundo máximo goleador del grupo).

En el Nuevo Castalia, el CD Castellón ha sacado 30 puntos en catorce partidos, repartidos en 9 victorias 3 empates y 2 derrotas. Los blanquinegros anotaron 25 goles y encajaron solo 12. Por su parte, su tarjeta de visitante le convierte en el segundo mejor equipo a domicilio del Grupo III. Un botín de 20 puntos en otros catorce partidos repartidos en 5 victorias, 5 empates y 4 derrotas. Quince goles a favor y doce en contra.

Estos números del Castellón, que ya son buenos de por sí, cobran especial importancia si se contextualizan dentro del grupo más igualado de la categoría. El equipo blanquinegro era líder con 50 puntos cuando se interrumpió la competición por culpa de la COVID-19. Pero es que los otros tres equipos en puestos de 'play off' –Barcelona B, Sabadell y Cornellá– se encuentran empatados a 49 puntos.

La versatilidad del Castellón se refleja en la capacidad de variar de dibujo durante un mismo partido. Partiendo de un 4-4-2 inicial, si el partido lo demanda se sitúa en un 5-3-2 con dos carrileros (Muguruza y Víctor García) con mucho recorrido.

En la sala de máquinas manda un viejo conocido de la afición de la UD Logroñés: Carles Salvador. Futbolista honesto, comprometido, solidario y con una gran derroche físico, como ya demostró en Las Gaunas, y que este año ha jugado prácticamente todo: sólo se ha perdido seis minutos. Kako, en el centro, y Jorge Fernández (derecha) y Jamelli (izquierda) –ambos a pierna cambiada–, acompañan a Salvador en la zona de creación.

La pólvora del Castellón se la reparten entre César Díaz y Juanto. Juan Tomás Ortuño, Juanto, llegó en el mercado de invierno procedente del Córdoba, donde había firmado tres goles. En nueve partidos con el Castellón ya acumula siete dianas. Por su parte, César Díaz, con diez goles, es el máximo artillero del Castellón.