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El ascenso de categoría el próximo 18 de julio (o, en su defecto, en la semana siguiente) es la tabla de salvación y sueños a la que se aferran todos los equipos participantes. Aunque no de manera oficial, la Federación Española de Fútbol ya está comunicando oficiosamente a sus engranajes qué fútbol le va a esperar a la categoría de Bronce el próximo curso. Que no hubiera descensos pero sí ascensos ha inflado la categoría hasta los 100 clubes, lo que va a obligar en la campaña 20/21 a crear un año de transición (con premios y castigos) para engendrar una Segunda B 'Pro' de 40 equipos, más atractiva, con mejor venta televisiva y repercusión para la FEF. Eso sí, deja atrás una Segunda B tradicional en la que muchos equipos se verán reducidos a un escalón más bajo del fútbol.
Por eso la UD Logroñés solo piensa en la fase de Málaga. Es su oportunidad de, en 90 minutos, dejar atrás lo que va a ser un año mucho más duro y en el que los ascensos se encarecerán. Además, muchos reforzarán su apuesta por no quedarse atrás, el mercado de futbolistas también se apreciará y las condiciones sociales no parece que vayan a mejorar.
Ayer, el director deportivo del Calahorra, Eduardo Arévalo, daba cuerpo a lo que hasta ahora solo eran rumores y que, de momento, tampoco es oficial. Sólo tras la Asamblea de la FEF, programada para agosto, se conocerán todos los detalles que ayer adelantó a nuevecuatrouno y confirmó posteriormente a este medio.
Los cien clubes se dividirían en cinco grupos de 20 y cada uno de estos, en dos subgrupos de diez. Así, la primera fase de la competición estaría conformada por 18 jornadas (cabe recordar que uno de los objetivos es reducir fechas competitivas ya que la temporada se prevé que comience en octubre). La composición se haría por 'cremallera' y no por cercanía, como hasta ahora, mezclando terceros, quintos, séptimos... para igualar aspiraciones y evitar 'grupos de la muerte'. Tras esas 18 jornadas, los tres primeros de cada subgrupo (30 clubes), se ganarían el derecho a entrar el próximo año en la Segunda B 'Pro', a excepción de cuatro equipos que subirían a la categoría de Plata y que serían suplidos por los descendido.
De los clasificados entre la cuarta y la sexta plaza, otra decena completaría la 'Pro', mientras que los séptimos, octavos, novenos y décimos (40 en total) buscarían eludir un descenso que podría llegar a los 25, cifra que parece abultada porque entonces habría que completar, para llegar a 80 conjuntos en el curso 21/22, con 45 ascensos (si se quiere volver a 80 equipos en esta Segunda B o incluso mayor para mantener los 100, pero a la cola de los 40 que formarían la Pro). Este es uno de los aspectos que debe discutirse.
«Personalmente, me parece bien la 'Pro' porque hay equipos importantes, con potencial, que pueden estar peleando. Aunque los filiales también se reforzarán para estar en ella», explica Eduardo Arévalo. Eso sí, muchos equipos sufrirán. «Habrá menos taquillas, menos partidos...», recuerda Arévalo. Por su parte, Juanjo Guerreros, vicepresidente de la UDL asegura que no ha recibido información oficial, más allá de esas ideas que empiezan a tomar forma pero que aún no se hallan negro sobre blanco. «Es muy prematuro hablar del año que viene y ojalá no nos tengamos que preocupar», adelanta. Por eso el de la UDL (y el de sus rivales) es un 'play off' con valor añadido. Entrar en el fútbol profesional garantizaría, al menos, un par de años de tranquilidad porque ligas tan cortas y aguas tan revueltas como las que se vislumbran pueden generar numerosos quebraderos de cabeza.
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