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El Jueves Santo del 2018, Álvaro Arnedo se lesionaba de gravedad en Guecho. Hoy se cumplen dos años, aunque en realidad son unos días más, ya que aquel día festivo cayó en 29 de marzo. El riojano, que sorprendió aquella temporada 2017/18 siendo titular en el primer partido de Liga, sigue trabajando en silencio en su recuperación. Larga, muy larga. Y dura, máxime cuando a la soledad del gimnasio se le une la excepcionalidad del confinamiento. «Mi reto es jugar la próxima campaña, pero para ello debe estar bien, debo ser capaz de aportar al equipo», dice.
Fue una jugada rápida, intrascendente para el partido pero determinante para el jugador. En el minuto 40 se retiraba en camilla de Gobela, estadio de ingrato recuerdo para los blanquirrojos, pues en su siguiente visita, meses después, se repetía la experiencia, pero con Miguel Martínez de Corta como triste protagonista. Rotura del ligamento cruzado de la rodilla izquierda.
«Después de dos años y pasar tres veces por el quirófano, no sé en qué fase estoy, esa es la verdad. Hace un mes me dolía la rótula, pero después de hablar con los médicos vimos que había demasiada tensión en el cuádriceps. Hemos trabajado en ello y me encuentro bastante mejor. Voy lento, según lo que me marca el club», indica el jugador, que tiene contrato hasta el verano del 2021.
Álvaro Arnedo | Jugador de la UD Logroñés
Arnedo no oculta que le está «costando más» de lo pensado en un principio, si bien la historia de su lesión de rodilla es larga. Se la rompió el 29 de marzo del 2018 y unos días después, el 16 de abril, pasó por el quirófano en Madrid. En noviembre volvió a ejercitarse con sus compañeros, pero un mal gesto encendió las alarmas. En diciembre viajaba a Madrid de nuevo para confirmar si se había roto la plastia que le habían colocado en la rodilla o no. En enero del 2019 decidió regresar al quirófano y el 4 de febrero era operado de nuevo.
Otro jugador que está inmerso en la recuperación de su rodilla, en este caso la derecha, es Pablo Bobadilla. El central vive su confinamiento en Nájera. Mañana se cumplirán siete meses de su paso por el quirófano, si bien la lesión se remonta al 13 de agosto, en el transcurso de un entrenamiento de la UD Logroñés en el Mundial'82.
«Nos pasamos el día trabajando como podemos, en casa. Es imposible correr, pero se pueden hacer otros ejercicios», indica el najerino, que había comenzado a trabajar sobre el césped. «Estaba haciendo ya ejercicios agresivos y la rodilla respondía bien, pero todo lo que está pasando nos ha frenado. Nadie podía pensar en la gravedad de la pandemia, pero es algo muy serio», indica.
Bobadilla, al igual que Arnedo, piensa en la próxima campaña, si bien considera que lo justo es concluir primero «la actual».
«Como te decía, hace un mes me asuste por ese dolor que sentía. Ahora, las sensaciones son mejores. Antes del parón había comenzado a trabajar con Héctor Urquiaga, preparador físico, y había saltado al campo para tocar balón, hacer desplazamientos frontales y laterales, conos, etc. Ahora trabajo en casa, como puedo, y he hecho algunas de las labores que Héctor encarga a mis compañeros. Es frustrante estar en esta situación y, además, sin poder salir de casa. Es verdad que todos estamos parados, pero no es un consuelo», admite.
Arnedo asume que si bien su fuerte es el trabajo sobre el campo, mentalmente tiene más problemas para mantenerse centrado, aunque después de dos años el ejercicio de paciencia alcanzado es casi absoluto. «A cualquier futbolista lo que le gusta es jugar a fútbol. Ese es el día a día que echo de menos. La lesión ya lo cambia todo. Imagínate el confinamiento. Aprovecho el día para hacer dos sesiones de entrenamiento, pero también para leer, jugar con la familia y ver series. Tenía por ahí la Play, casi olvidada y con polvo, pero ahora mismo le estoy dando mucho trabajo. Las horas se hacen largas y miras desde la ventana con nostalgia», comenta.
Arnedo no sabe qué pasará con la Liga ni cuándo se reanudará. La competición y el ascenso son algunos de sus retos, aunque él mira más allá del último partido de la temporada. «Mi idea es estar en condiciones de comenzar la próxima con el grupo. Es verdad que tengo la tranquilidad de contar con contrato, pero éste sirve de poco si no puedes aportar. Si quiero seguir jugando, debo estar bien. Y quiero jugar aquí, en el Logroñés. Esta es la realidad. Lo demás es engañarse a uno mismo», concluye.
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Javier Campos | Logroño
Javier Campos | Logroño y David Fernández Lucas | Logroño
Lucía Palacios | Madrid
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