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Víctor Soto
Miércoles, 7 de diciembre 2016, 10:40
logroño. Carlos Pouso abandonó el banquillo de la Unión Deportiva Logroñés tras la derrota ante el Mensajero (1-2). Era el 13 de noviembre y el conjunto blanquirrojo acababa la jornada en decimocuarta posición, a un solo punto del descenso y a ocho de los puestos de 'play off'.
Desde entonces, dos inquilinos se han sentado en el banquillo del conjunto logroñés. Sergio Rodríguez, como medida de transición de dos semanas. Rafael Berges, desde este domingo, con la intención de terminar la temporada y enmendar los errores cometidos hasta el momento.
Los dos han dejado retazos de dos estilos, especialmente en defensa, la faceta que mejor han tratado y que más réditos ha dejado en estas tres últimas semanas. La UD Logroñés no ha encajado ningún tanto desde que Pouso dejó el banquillo. Tres semanas a cero es un buen paso, pero éste se ha demostrado insuficiente.
Sergio Rodríguez apostó por el dibujo más clásico, con cuatro jugadores y parcelas muy definidas. Ferrone y Paredes, en los laterales; Caneda y Pazó en el centro. Los cuatro encararon, junto a Miguel Martínez, dos partidos cruciales que se saldaron con un incontestable triunfo en Valdebebas y un sufrido empate en Las Gaunas.
La llegada de Berges ha dinamitado esa idea. El nuevo técnico se ha decantado por tres centrales, con Amelibia cayendo de la medular al eje de la defensa. Paredes se ha mantenido como el hombre de la banda izquierda, aunque obligado a jugar más largo, y Julio Rico sustituyó en el Stadium Gal a Ferrone en la derecha. El objetivo, permitir superioridades y replegar y desplegar el equipo según las necesidades del partido. «El dibujo servía para salir con el balón jugado con tres jugadores ante dos y conectar con la gente de dentro. Carles Salvador y Muneta fueron capaces de recibir entre líneas, pero nos falló enganchar con la línea de delante», explicaba ayer en TVR el técnico de los riojanos. La idea se logró en Irún hasta que la gasolina aguantó
Porque los blanquirrojos carecen de ese punch final, aunque en la última jugada del domingo se viese una exhibición a la carrera. Fue el estertor de unos minutos en los que los blanquirrojos sufrieron especialmente castigados por las lesiones, aunque éstas permitieron ver el debut de Jon Ander Felipe en la portería de los logroñeses.
Berges tiene claro que esa defensa con tres centrales y dos carrileros «es una de las variantes posibles», aunque parece que le gusta como para repetir en Las Gaunas ante el Amorebieta. Tres semanas sin encajar tantos resulta muy positivo, pero en el Grupo II de Segunda B las rachas sólo sirven si encadenan triunfos.
Así, después de tres semanas sin encajar goles y un botín de cinco puntos sobre nueve posibles, los blanquirrojos sólo han ampliado su renta con la zona de abajo en un punto (de uno a dos) mientras que la fase de ascenso ha pasado a estar a 8 puntos el 13 de noviembre a siete a día de hoy. Un mínimo paso adelante cuando ya han transcurrido diecisiete jornadas y la Navidad está a la vuelta de la esquina.
La mejoría defensiva es un hecho. Pero ahora falta que acompañe el acierto ofensivo. Porque en los dos últimos partidos, además de no recibir, tampoco han anotado.
El debe tiene nombres y apellidos en la delantera. Sólo Espina, en la posición de delantero, ha cumplido anotando cinco goles. Mendi, una diana; Juanfran, actualmente lesionado, y Thaylor, inutilizado en los tres últimos partidos, todavía no han marcado en liga. Y sin marcar, sólo se puede aspirar a empates, insuficientes para las necesidades actuales.
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