Con quince minutos no basta

Sin embargo, todo podía haber sido distinto. El partido comenzó soso y sin dueño, con una UDL con algo más de control y un Navalcarnero a la espera, pero sin oportunidades en ninguna área. Y lo dicho, todo hubiera sido muy distinto si Mendi, que sigue peleado con eso del gol, hubiera tenido algo más de fortuna. También hubiera sido el gol del año: un zurriagazo desde más de 30 metros, que se estrelló en el larguero del Naval.

Si eso hubiera entrado... pero no entró. Y si la siguiente no hubiera entrado... pero entró. Pero en la otra portería. El gol fue un desastre de falta de concentración: un saque de banda (que en un campo así de estrecho es un peligro constante) una falta de contundencia, un atacante listo (Adán), un rebote y gol. Minuto 32, y la UDL que iba perdiendo sin haberlo merecido.

Y menos después de que Mendi y Pazó tuvieron una doble ocasión en el 36 para marcar. El descanso llegó con mal sabor de boca para los blanquirrojos. Y con una pregunta: ¿eran capaces de reaccionar?

Naval en tromba

La respuesta fue no. O al menos, que no a tiempo. El Navalcarnero salía en tromba, destrozando a la UDL en los primeros minutos y acumulando ocasión tras ocasión.

Al final, en fin, llegó el segundo. Doloroso iba a ser siempre, pero más por cómo se produjo: de nuevo en un saque de banda, desde la misma banda, y con un delantero que fue más listo que los defensas. Falta de concentración, falta de suerte, falta de todo: una radiografía de la UDL que corre y corre, pero sin nada de fútbol.

Muertos parecían, pues, sin reacción posible. Pero aunque el golpe del minuto 60 fue fuerte, la reacción llegó. Pouso acertó con los cambios (o falló con la alineación, según se mire), y la entrada de Espina, Reguilón y Thaylor revivió al equipo, sobre todo la de este último. Y ahí el equipo probó al Naval, que mostraba carencias defensivas, y así llegó el gol (golazo) de Jaime Paredes en el 79, buen tiro desde la frontal.

Pero estas cosas conviene hacerlas a tiempo. Porque con 15 minutos no basta para rehacer lo que rompes en 75, y así la UDL se fue de vacío. Mal pintan las cosas en un equipo obligado a mirar hacia arriba, y que por ahora enseña carencias preocupantes en defensa, en creación y en ataque.