Primer punto fuera

En el lado positivo, sin duda la solidez defensiva. La UDL estrenaba defensa, con Pazó y Amelibia en el centro. Y la verdad es que ambos han cumplido con creces. Carles Salvador, por su banda derecha, se ha ganado tres trienos en Lasesarre: todo el ataque vizcaíno se volcaba por su banda, durante demasiados minutos sin mucha ayuda. Pero con los dos centrales a un nivel excelente, la portería se ha mantenido a cero, cosa reseñable sobre todo en la segunda parte.

Porque en la primera, en realidad, no ha habido ni dominio ni ocasiones. Esos primeros 45 minutos han sido de fútbol "vasco": poco control, juego directo para aprovechar las segundas jugadas, y poco pensamiento. Tampoco demasiadas ocasiones, en realidad, y un 0-0 justo.

Agobio en la segunda

Y en la segunda, lo dicho, mucho agobio. El Barakaldo ha jugado 20 minutos de domino total, volcado sobre el área de una UDL demasiado atrasada. En el haber de los logroñeses está no haber concedido apenas ocasiones claras. Sólo un par de ellas, un tiro de Oca elevado y un paradón de Miguel en el 61.

El problema era que si la UDL no concedía, tampoco creaba. La segunda parte fue un recital de contras mal jugadas, con poco espíritu y menos cabeza. Lo bueno es que el mal trago se solventaba con la puerta a cero hasta que al Baraka se le acababa la gasolina. Rey cerró más la banda derecha, y la entrada de Espina dio algo de criterio. Hubo hasta ocasión de que la UDL se adelantara, entonces sí, obre todo con un corner "casi olímpico" de Reguilón, que dio en el larguero.

Al final, un punto estimable para la UDL, sobre todo porque en esta liga se construye desde la defensa y, en Lasesarre, la defensa estuvo de sobresaliente.

Ahora, a seguir construyendo.