Aguantar y seguir

La UDL sobrevive a un equipazo y sigue adelante en la fase de ascenso tras un empate milagroso y jugar medio partido con 10

Pablo Álvarez

Sábado, 28 de mayo 2016, 17:31

La UDL pasa de ronda, la UDL logra la mejor clasificación de su corta historia, la UDL sigue viva en ese sueño del ascenso. Un 1-1 en Villarreal contra un rival enorme, que jugó mejor, que probablemente mereció mejor suerte, pero ante ... el que los de Pouso supieron marcar primero y aguantar después, a pesar de jugar 45 minutos con diez jugadores.

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¿Mereció la UDL empatar este partido? Probablemente no, sumando estadísticas y ocasiones. Porque los riojanos sólo han llegado una vez y tirado a puerta una vez... o media. Porque el disparo de Iker Alegre no parecía gran cosa hasta que tocó en Edgar Ié y se fue para adentro. Era el minuto 9, y las cosas parecían más que de cara.

Pero el Villarreal B, que ya estaban dominando, se convertía entonces en un vendaval. Jugando al fútbol como los mismos ángeles, los cachorros del submarino amarillo sobrepasaron en todas las líneas a los blanquirrojos, que capeaban el temporal como podían. Una ocasión de Fran en el 16, otra de Suárez en el 19...

En el 22, justicia en el campo: Rodri hacía el empate. Con el 0-0 de la ida a la UDL le seguía valiendo el resultado, pero los casi 70 minutos que quedaban parecían muy largos. El Villarreal bajó algo el pistón, pero el partido tenía sólo una portería, la de la UDL.

Claro que las porterías tienen palos: Rodri se dio con uno de ellos en el 43, dejando el corazón en la garganta de los animosos blanquirrojos desplazados a Villarreal. Y sólo dos minutos después, al borde del descanso, las cosas se ponían aún peor: segunda amarilla a Adrián Cruz. Quizá algo rigurosa, pero pitable.

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Aguantar, aguantar

Las cosas como son: viendo al Villarreal B desbocado y a la UDL en minoría parecía osado apostar por los riojanos. Pero mal hace este año quien apueste en su contra, sobre todo cuando las cosas se ponen mal.

Asi, la consigna era aguantar. Y se aguantó. El equipo se retrasó, buscando que los minutos pasaran y que los amarillos se desesperaran. Y, las cosas como son, el Villarreal B no supo qué hacer con ese cerrojo. Mejor con 10 que con 11, los blanquirrojos se resignaban a pelear por cada centímetro de verde, sin apenas tener la oportunidad de salir a la contra.

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A la fiesta se unió la lluvia, fuerte por momentos. Y los minutos pasaban, y cada jugador de la UDL en el suelo era un minuto menos, y cada gemelo era un poema, mientras la grada se desesperaba.

Pero pasaban los minutos, llegaba el 70, el 80, el 80... y el árbitro descontó 6, y se seguía sufriendo.

Hasta el final. La UDL sigue adelante. Con la sensación, además, de haber podido con un auténtico equipazo, probablemente el mejor contra el que se ha enfrentado el Logroñés esta temporada.

Con convencimiento y lucha, ya que no con fútbol, también se sobrevive. El sueño sigue vivo.

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