Futpro, sindicato que representa a Jenni Hermoso, emitió este miércoles por la tarde un comunicado que puede interpretarse casi como un jaque mate a Luis Rubiales. «A raíz de los acontecimientos sucedidos durante la final de la Copa Mundial de la FIFA involucrando al presidente ... de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Manuel Rubiales Béjar, nuestra afiliada, Jennifer Hermoso, quiere manifestar lo siguiente: 'Mi sindicato Futpro, en coordinación con mi agencia TMJ se están encargando de defender mis intereses y ser los interlocutores sobre este asunto'», señala la internacional española en una nota de prensa en la que viene a reclamar la cabeza del máximo dirigente federativo al exigir que actos como el protagonizado por su superior no queden «impunes».
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«Desde Futpro expresamos nuestra firme y rotunda condena ante conductas que atenten contra la dignidad de las mujeres. Desde nuestra asociación pudimos a la Real Federación Española de Fútbol que implemente los protocolos necesarios, vele por los derechos de nuestras jugadoras y adopte medidas ejemplares. Es esencial que nuestra selección, actual campeona del mundo, esté siempre representada por figuras que proyecten valores de igualdad y respeto en todos los ámbitos. Es necesario continuar avanzando en la lucha por la igualdad, una lucha que nuestras jugadoras han liderado con determinación, llevándonos a la posición en la que nos encontramos hoy», recalca el sindicato.
«Hacemos también un llamado al Consejo Superior de Deportes para que, dentro de sus competencias, apoye y promueva activamente la prevención e intervención ante el acoso o abuso sexual, el machismo y el sexismo», prosigue Futpro, que «rechaza cualquier actitud o conducta que vulnere los derechos de las futbolistas». «Desde el sindicato estamos trabajando para que actos como los que hemos visto nunca queden impunes, sean sancionados y se adopten las medidas pertinentes que protejan a las futbolistas de acciones que creemos son inaceptables», remacha.
Amanda Gutiérrez, presidenta de Futpro, se runirá el lunes 28 de agosto con la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social en funciones, Yolana Díaz, para tratar la situación y «seguir abordando de manera conjunta acciones que garanticen que, hechos como los ocurridos» en la final del Mundial femenino «sean debidamente sancionados».
Casi de forma paralela, Rubiales sufría otro duro golpe con la demanda que ha interpuesto Liga Profesional de Fútbol Femenino ante el CSD y en la que pide su inhabilitación. La Liga F considera que las actuaciones de Rubiales constituyen «infracciones muy graves según la Ley del Deporte», aludiendo no solo al beso de Rubiales a Hermoso, sino también el comportamiento de Rubiales en el palco de autoridades del estadio de Sídney, cuando se agarró los genitales al lado de la Reina Letizia y la Infanta Sofía para celebrar el triunfo de España, o las declaraciones de «gilipollas, tontos del culo y pringaos» con las que reprendió en los medios de comunicación a sus críticos.
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Fue el corolario de un amargo cumpleaños de Rubiales, celebrado precisamente este 23 de agosto. El escándalo por el desafortunado beso en la boca a Jenni Hermoso hizo que el presidente de la FEF, al que se le acumulan las peticiones de dimisión, sufriera uno de los días más difíciles en sus cinco años como mandamás del fútbol español. El cerco se estrecha y ha sacudido de buena manera la escena política, con el mismísimo presidente del Gobierno en funciones a la cabeza, con el que hasta no hace mucho mantenía una fluida relación.
Pedro Sánchez no puede destituirlo directamente, pero en el Ejecutivo están analizando la viabilidad de dar traslado al Tribunal Administrativo del Deporte (TAD), máxima autoridad institucional en materia deportiva, de un escrito razonado instándole a la apertura de expediente disciplinario. Si eso ocurriera, y el TAD incoase expediente, el Consejo Superior de Deportes (CSD) convocaría de inmediato a su comisión directiva para decretar la suspensión provisional del que se ganara el sobrenombre de Pundonor en su época como jugador del Levante, tal y como se hizo con Ángel María Villar -que fue presidente entre 1988 y 2017- en diciembre de ese último año.
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El canario, criado en Motril (Granada), podría ser inhabilitado entre 2 y 15 años por su conducta indecorosa, según el artículo 104 y 108 de la nueva Ley del Deporte, en la que el hecho de besar a la fuerza, como éste hizo en la celebración de la victoria de España en el Mundial de Fútbol femenino, está calificado como una «conducta inaceptable que conllevará consecuencias inmediatas».
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Una acción que forma parte del punto 5 de la norma y en la que se habla de «situaciones, actitudes y comportamientos relacionados con la violencia sexual», y un acto que toca de lleno a la igualdad de género, una de las banderas de un Gobierno de coalición que se encuentra a la cabeza de la defensa y protección de las mujeres.
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La bola se está haciendo cada vez más grande, y al reproche público, a las declaraciones de varios juristas de que lo que hizo constituye un delito de agresión sexual, y al rubor provocado por la prensa internacional, se une una serie de denuncias: una de Sumar ante el Consejo Superior de Deportes, otra del afiliado de la federación Miguel Ángel Galán, azote del presidente desde hace años, y la de Estrada Fernández, exárbitro de Primera División ante la Federación.
El CSD tiene más presión que nunca para entrar de lleno en este asunto tras la ola de críticas en contra de Rubiales, que se encuentra en el alambre pese a que siempre ha sabido manejarse bien en los conflictos. El hombre cómodo en los incendios, que supo sortear la polémica por cómo hizo quintuplicar su nómina anual, el gasto de las tarjetas corporativas para la fiesta en un chalé en Salobreña junto a varias chicas, las ayudas a la vivienda para la compra de un ático de lujo en Madrid, o los audios filtrados en el lío de la Supercopa de Arabia, podría tener los días contados tras su gesto machista ante la máxima anotadora de la historia del Barcelona y La Roja.
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La polémica deja su futuro en una incógnita que se mantendrá aún unos días más. El dirigente convocó para el viernes al principal órgano de gobierno del fútbol español y buscará el respaldo de las federaciones territoriales para apaciguar los ánimos en una Asamblea General Extraordinaria. La FEF aseguró en un comunicado que tras «los hechos acontecidos» en la final «están abiertas las diligencias internas de la federación referentes a asuntos de integridad, así como el resto de los protocolos aplicables».
Todo hace indicar que Rubiales no dimitirá, pero sí dará explicaciones. De lo acontecido con la futbolista y de toda su gestión para hacer crecer el fútbol femenino (profesionalización de la Liga femenina, éxitos internacionales, aumento de licencias y la multiplicación del presupuesto destinado a este deporte). Además, intentará contar con el respaldo internacional de un representante de UEFA. El Gobierno estará atento a la cita
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