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Después de un pulso de varias semanas con su estrella, el PSG decidió este domingo indultar a Kylian Mbappé e integrarle de nuevo en el seno del primer equipo a las órdenes del asturiano Luis Enrique. Nuevo giro de guion en este culebrón y una ... señal de acercamiento de posturas entre las dos partes, aunque falta por discernir si es solo por mutua conveniencia o porque realmente se han reconciliado e incluso el astro de Bondy podría renovar su contrato, que vence el 30 de junio de 2024.
Apenas un día después del soporífero empate sin goles concedido por los parisinos ante el Lorient en el Parque de los Príncipes, en choque correspondiente a la primera jornada de la Ligue, el club de la capital y el campeón del mundo de 2018 limaron asperezas. Resulta arriesgado vaticinar si se trata de un simple postureo o es un primer paso hacia un futuro acuerdo de renovación, con una cláusula liberatoria a final de curso por 200 millones, pero en todo caso se trata de un paso adelante hacia la resolución de una crisis que amenazaba toda la temporada del PSG.
«Después de conversaciones muy constructivas y positivas entre el el cluub y Kylian Mbappé antes del partido PSG-Lorient, el jugador fue reintegrado en el primer equipo para el entrenamiento de esta mañana», indicó el PSG en un comunicado. Ni el jugador se podía permitir el lujo de quedarse un año en la grada, ni Luis Enrique no poder contar con el mejor jugador del mundo del momento.
Mbappé y el PSG mantenían una tensión insostenible desde que hace dos meses el capitán de la selección francesa envió un correo para anunciar su voluntad de irse al término de su contrato, sin prolongarlo. Una determinación considerada inaceptable por los dirigentes parisinos, que le conminaron a prolongar su vínculo o a aceptar ser traspasado esta misma temporada.
«Nosotros queremos que se quede, podemos repetirlo dos o tres veces. Pero no puede irse gratis. No es negociable», advirtió el presidente Nasser Al-Khelaïfi, el 5 de julio. El PSG, convencido de que su figura tenía un acuerdo cerrado con el Madrid para irse libre el verano próximo, decidió entonces apartar a su delantero del grupo del primer equipo, privándolo de realizar la gira de pretemporada en Japón y Corea del Sur.
Mbappé tampoco entró en la convocatoria para el encuentro ante el Lorient, pero sí se le vio en el palco del Parque de los Príncipes, sonriente y relajado al lado de la última incorporación del club, el extremo francés Ousmane Dembélé, con el que se proclamó campeón del mundo en 2018. Un caso diferente al del brasileño Neymar, que no se dejó ver en el estadio parisino.
«Bienvenido a tu casa, hermano, muy feliz de verte aquí, la aventura comienza», había escrito Mbappé a Dembélé en Instagram. Sin realizar declaraciones desde el envío de ese correo al club, Mbappé no ha dejado de mostrar una serenidad a prueba de bomba en sus apariciones públicas. Con paciencia infinita, firmó autógrafos en sus llegadas al centro de entrenamiento del PSG en Poissy y, aparentemente, demostró que permanecía plenamente implicado en la vida del club.
Las carencias ofensivas constatadas el sábado ante el Lorient quizá han llevado a los dirigentes cataríes del club a flexibilizar la drástica medida de marginar a su meyor goleador la historia del PSG, que estará disponible para la visita al Toulouse el 19 de agosto, si bien solo ha disputado un partido amistoso en los dos últimos meses, contra Le Havre.
Sin embargo, desde el PSG insisten en que sus posturas firmes comienzan a dar sus frutos. «La institución PSG nunca fue tan fuerte», explican fuentes del club en referencia a suspensión de Leo Messi por su viaje no autorizado a Arabia Saudí a finales de la temporada pasada, la no renovación del contrato del argentino, la posible marcha de Neymar, la inauguración del nuevo centro de entrenamiento o las apuestas por los jóvenes jugadores.
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