La UD Logroñés insiste en descender

El Athletic B no necesitó generar con continuidad para golpear primero, acción a la que Natxo González, como decisiva. Esperar. Estaba el partido en un ida y vuelta, con alternancia en la posesión del balón, aunque con las mejores ocasiones para la UD Logroñés. Primero, con un disparo de Doncel desde la frontal del área, y segundo, con un disparo desde casi el área pequeña y centrado de Mendes que hizo internacional a Ispuzua. Disparó al centro, con más de siete metros para alojar el balón en las redes. Acciones en bloque alto, sobre todo la primera que nació de un robo de balón y que tanto desprecia este equipo.

No es lo único que desprecia. Es apático, carece de intensidad, juega más hacia atrás que hacia adelante y carece de variantes en su sistema de juego. . Incluyó González a Ramos en el once, pero necesitó de muchos minutos para recibir el balón. Markel y Sierra bloquean la salida, por cada pase hacia adelante ofertan varios más hacia atrás. Invitan al rival a la presión. Ambos fueron protagonistas en el primer gol local. Goti les ganó la partida a ambos en el primer gol. No hay presión. Filtró un pase a la espalda de dos centrales muy abiertos y a pesar del obstáculo final de David, marcó. Ese gol, similar, se vio en Tajonar. De ir por delante, a ir por detrás.

La posible receta curativa para ese diagnóstico hecho con tanta precisión por su técnico se retrasaba. Empeoraba el enfermo, aunque aún estaba en planta. Su repertorio de despropósitos es amplio. En sí, la UD Logroñés no es el enfermo, es el curandero, porque sana a aquel que le visita con una dolencia. Antes del descanso ingresó en la unidad de cuidados intensivos. Egiluz remataba de cabeza a saque de esquina, Gonzalo evitaba el gol y Goti lo empuja a la red. Egiluz y Mendibe, los dos centrales, entraron solos al remate desde el segundo palo. Solos. Los riojanos miraban el balón. El balón no hace nada por sí solo, sino los movimientos de los rivales. Trabajo para los entrenamientos, esos en los que la actitud es inmejorable. Con 2-0 nadie puede pensar que esta UD Logroñés es capaz de ganar un partido.

El Athletic tenía todo hecho. Sabía de la incapacidad, sabe que jugadores como Markel Lozano no saben jugar hacia adelante. Así, Rego presionó un poco a Markel, que por una vez buscó girarse hacia adelante, se hizo con el balón, alcanzó el área, abrió a la izquierda para que Moi Gómez marcase el tercero de disparo raso. Media hora por delante. Media hora estéril.

Había aparecido Schutte en el partido. Pero no como segunda punta, porque sabido es que a este equipo le falta tiempo para trabajar variantes. Se pegó a la izquierda, en sustitución de Doncel. Pero dos puntas, no. Incluso cuando Vinicius se sumó al compromiso… en sustitución de Mendes. Remató al brasileño. Sin problemas para Ispizua. Apareció también Boniquet. Tampoco. Para futbolistas ofensivos como él o como Ramos, inadvertido, jugar con esta idea significa estar abocado al fracaso.

El Athletic no sufrió. Eso lo dice todo. Se animó el partido, pero más por nervios que por fútbol. La UD Logroñés cierra enero, mes en el que no ha sido capaz de ganar a equipos de la zona baja como Atlético Baleares o Athletic. El próximo fin de semana llega el Alcoyano. Otro equipo que pelea por la permanencia. Y si no ganas en Las Gaunas, si no ganas en Bilbao, ¿dónde pretendes ganar? Ahora bien, seguramente la clave estuvo en las dos ocasiones erradas de Doncel y Mendes. Lo demás….