Tristeza local; felicidad visitante

El otro inconveniente de ayer fue el fuerte y frío viento. Hizo que apenas se viese juego sobre el césped y que el público no pudiese estar a gusto en las instalaciones.

Según informó el Club Deportivo Calahorra ayer acudieron a La Planilla 1.069 personas. Unas 350 estuvieron apoyando a la SDL.

Por su parte, la entidad rojilla invitó a las plantillas de las escuelas de fútbol base calagurritanas cuyos futbolistas fueron con los colores rojos y azules de sus equipaciones.

Esta vez los aficionados locales no aguantaron hasta el final, como en otras ocasiones en las que su equipo también había perdido. Quizá fue por el frío o quizá la desazón porque otra vez se escaparon los tres puntos en la recta final del partido, o ambas situaciones.

Lo cierto es que la gente comenzó a irse en cuanto marcó la SDL con caras largas, sin reproches, pero con el sentimiento de que esta bonita aventura (este año agónica) de la categoría de bronce del fútbol nacional se termina.

Hasta se apagó al final la incombustible Peña Crianza Rojilla y dio paso a la alegría de los seguidores logroñeses que se quedaron moviendo sus bufandas y alentando a sus jugadores agradecidos por un triunfo que les hace seguir soñando en la posibilidad de plantearse otro objetivo, el del 'play off' a Segunda División.

Los futbolistas de la SDL se acercaron hasta la grada donde estaban los suyos (detrás de la portería del acceso al campo de fútbol) para corresponderles por el esfuerzo de haberse trasladado a La Planilla.

Mientras tanto, los jugadores rojillos se marchaban poco a poco y alguno se acercó a las vallas para fotografiarse con los chavales que lo pidieron con ilusión, a pesar del resultado y del mal partido que se vio en el estadio.

El técnico de la SDL aseguró irse de La Planilla satisfecho por haber sabido competir en un contexto difícil.

– ¿Qué balance hace?

– Ha sido durísimo y dificilísimo, así que nos vamos muy contentos porque hemos ganado en un contexto con unas dificultades máximas. Lo peor que puedes tener para jugar al fútbol es el viento y lo hemos tenido muy fuerte. Esto ha condicionado a los dos equipos durante todo el partido. Daba igual que lo tuvieses a favor o en contra. Desde la premisa de ser reconocibles y arriesgar, porque creíamos que para ganar había que tener el balón y ser capaces de mover al Calahorra de sus posiciones, hemos intentado que el aire no nos influyese demasiado. Los dos equipos con el aire a favor no pudimos generar prácticamente nada de fútbol ni ocasiones. Con el aire en contra tuvimos cierta fluidez y manejo y pudimos hacer el gol.

– Hubo dos jugadas polémicas, ¿cómo las vio?

– Ocurre todas las semanas. Es difícil poder saber lo que ha pasado. Ahora pierde toda validez. El partido ha sido muy competido y las dudas podían haber inclinado la balanza para uno u otro sitio. El terreno de juego tampoco ayudada por estar seco y alto. Tiene muchísimo mérito poder sacar adelante un partido con estas condiciones.

– Con esta nueva victoria, ¿dónde mira ahora la SDL?

– Igual que la semana pasada. La dinámica que tiene el equipo, las sensaciones que transmite, la confianza con la que estamos jugado, hace que seamos peligrosos y en todos los partidos vamos a tener opciones de ganar, como la jornada anterior contra el Eldense. El techo lo vamos a poner en que si seguimos compitiendo daremos guerra. No nos preocupa hasta donde lleguemos. Vamos partido a partido para ver si al final tenemos algún tipo de premio.

El entrenador del Calahorra, Carlos Pouso, puso ayer en énfasis en las malas condiciones climatológicas por el fuente viento que azotó La Planilla e impidió dominar el balón y elaborar jugadas.

– ¿Cuál es su valoración?

– Creo que el partido era de empate. Ninguno de los dos hemos hecho méritos para ganar porque resultaba muy difícil jugar. No quiero que sirva de disculpa, porque encima has perdido. Ellos han ganado, les felicitamos y punto, pero hay que entender que no se podía jugar al fútbol con ese vendaval. No había fluidez, el jugador no entraba en calor, subía el balón para arriba y no sabía dónde iba a caer. Ha sido una lotería que ha salido cruz y no hay mucho más que decir. Repito que no es disculpa, el viento lo hemos sufrido los dos y ha deslucido el espectáculo. Para mí es el peor enemigo, más que el barro o el campo irregular.

– ¿Qué tiene que decir del gol, en la recta final del encuentro?

– Fue una jugada puntual, un chispazo y un error porque Samanes es zurdo y le tapamos por fuera en vez de por dentro y luego nos remata prácticamente entre cuatro. Hemos estado muy centrados en el balón y no en el marcaje del que podía marcar como sucedió.

– ¿Cómo ha visto a su equipo?

– Se entregó, igual que ellos, en un partido de empate a nada porque sucedieron muy pocas cosas. El equipo luchó, trabajó, y trató de adaptarse de la mejor manera posible a las inclemencias meteorológicas.

– Se reducen las opciones de lograr la permanencia, ¿cómo plantea esta situación?

– Está claro que cada vez que se pasa un partido y no ganas te pega un bajonazo. Evidentemente defendemos un escudo, una ciudad, cobramos religiosamente y tenemos que luchar hasta el final sin pensar en la clasificación.