Tras el descenso, toca ponerse manos a la obra

La decepción entre los aficionados de la SDL está acrecentada por la comparación con la situación en la que vivía el club hace un año. Raúl Llona abandonaba un equipo en la mejor situación posible, aunque la desbandada en la plantilla fue generalizada. El nuevo director deportivo, Juanma Barroso, tuvo que crear un equipo prácticamente de cero y eligió a un hombre de su confianza, Jordi Fabregat, para liderar el barco. Pero la desconfianza que generó desde el inicio le llevó a su adiós con apenas siete jornadas disputadas. Llegó un estudioso del fútbol como Andrés García, pero tampoco cuajó. Y el club se encomendó a un histórico como Larrazabal para enmendar la plana. Nada funcionó y la SD Logroñés tendrá que volver a recomponerse prácticamente desde cero en la Segunda Federación. Todos los nombres anteriores ya no están y ha emergido la nueva figura de gerente, en la persona de un Javier González que, de momento, apunta a ser un filón en cuanto a producción de titulares.

De los que están ahora queda por ver cuántos seguirán como blanquirrojos. Si se valoran los minutos disputados enta temporada, hay unos cuantos que estarían en la lista. Y es que los tres técnicos que han pasado han tenido un once tipo en el que se han repetido muchos nombres. En la portería Iruarrazaga fue titular indiscutible medio curso. Larrazabal decidió intentar cambiar el paso y dio la alternativa a Uri. El primero fue uno de los jugadores más estables, Uri mejoró sus prestaciones. En la portería, desde luego, no han estado los principales problemas de la SDL.

De lo poco que quedaba de la campaña anterior, Paredes podría ser el veterano (cumple 34 años en noviembre) elegido para guiar al nuevo grupo. Sería su cuarta temporada en la Sociedad, la novena en Logroño (estuvo cinco años en la UDL) y quizás prefiera la capital riojana como destino de sus últimos años como futbolista, al estilo de César Caneda. Castellano, camino de los 37, podría pasar algo parecido.

Más difícil será ver a Gexan Elosegi como blanquirrojo. El de Hernani ha superado el centenar de partidos entre Segunda B y Primera RFEF y, con 24 años, seguro que contará con ofertas para seguir en la categoría. Algo similar le ocurre a Manny, Jordi Escobar, Ezkurdia, Murua o Dani Garrido. Jóvenes con mucho recorrido por delante.

La ilusión puede venir de la continuidad de hombres como Óscar Fernández. El cántabro tiene familia en Logroño y su entrega y calidad le han convertido en uno de los preferidos de la grada. En Segunda Federación podría marcar diferencias.

Ya trabaja la SDL en la nueva temporada, queda mucho por hacer y habrá que ver por el camino por el que opta el club. El verano pasado cerró la plantilla muy rápido y el resultado ha sido deficiente. Lo que está claro es que en esta nueva categoría la Sociedad es un club atractivo. Sobre todo si se hace caso a los dicho por Javier González cuando todavía no había descendido el equipo: «Tengo contactos hasta en la Luna y entre todos vamos a hacer un equipo muy competitivo. El objetivo es llegar a Segunda División, aunque mucha gente pueda decir que estoy loco. No he venido aquí a pasar el rato«. Un paso atrás para dar dos adelante.