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Hace un par de semanas la Sociedad Deportiva Logroñés visitaba un escenario en el que ningún equipo visitante había ganado. Viajó a Irún, se impuso al Real Unión y se convirtió en el primero en llevarse los tres puntos del Stadium Gal. Este domingo, ... mientras, afrontan los blanquirrojos un reto opuesto, ya que miden sus fuerzas con el único club del grupo que todavía no ha sumado triunfo alguno, el Teruel.
El bloque aragonés ascendió el pasado curso desde Segunda Federación tras acabar campeón de su grupo. Se aupaba a la tercera categoría del fútbol nacional con la permanencia como objetivo y con la confianza intacta en el entrenador que le había llevado hasta ese escalón, Víctor Bravo.
Trece partidos duró esa confianza. Después de caer ante el Celta B fue destituido para, según se plasmó en un comunicado, «cambiar la dinámica en la que se encuentra el primer equipo, cuando aún son alcanzables todos los objetivos de la temporada». Para entonces el equipo había sumado siete empates, seis de ellos sin goles, y había sufrido seis derrotas. La directiva pensó que era necesario un revulsivo y le cedió las riendas del equipo a Raúl Jardiel, técnico formado en las categorías inferiores del Real Zaragoza. Con él en el banquillo los turolenses han cosechado dos igualadas, contra el Sabadell y el filial de Osasuna.
No han perdido con él, pero tampoco han ganado, por lo que su situación clasificatoria no ha mejorado. Son penúltimos, con nueve puntos en su haber y a siete de la permanencia, plazas que marca, precisamente, la Sociedad Deportiva Logroñés. Los blanquirrojos tratarán de sacar partido en ese duelo de la escasa producción ofensiva de los aragoneses, que solo han marcado siete goles en los quince partidos disputados hasta la fecha. En el terreno defensivo, mientras, se muestran como un bloque sólido, que ha recibido quince dianas en su portería, seis menos que los tantos encajados por la SDL.
Por la situación en la tabla de ambos equipos el de este domingo se presenta como un partido crucial para los dos. Si los blanquirrojos ganan dejarán a diez puntos a un rival directo en la lucha por no perder la categoría. Si por el contrario, el triunfo acaba en el bolsillo aragonés, la diferencia se recortaría a cuatro puntos. Más allá de eso, ese segundo supuesto insuflaría oxígeno a un Teruel que necesita cuanto antes acumular triunfos si no quiere condenarse al descenso.
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