Una sonrisa para despedirse con dignidad

Y eso que no prometía espectáculo un partido intrascendente, con los locales salvados y los visitantes destinados a bajar un escalón. Por eso, no se vio raro cómo comenzó el encuentro.

No pasó nada en los diez primeros minutos de juego. Ni aragoneses ni riojanos eran capaces de llevar el balón al césped y encadenar alguna serie de pases con un mínimo de criterio. Tedio absoluto.

En el minuto once el Tarazona evidenció una de las carencias que más han castigado a los blanquirrojos durante toda la temporada. En una falta desde la derecha, en una jugada ensayada, el cuadro maño colgó el balón al segundo palo, donde cabeceó Ballo para llevar la pelota al corazón del área pequeña. Dieste, solo, se encontró encima el esférico y remató con la testa como pudo, por encima de la portería. La fragilidad de la SDL en los balones aéreos al área blanquirroja ha traído consigo muchos goles en contra. En esta ocasión, solo la falta de pericia del nueve local evitó un nuevo tanto en este tipo de jugadas.

El Tarazona buscaba la velocidad de Mounir y Ballo por la banda izquierda para sorprender a los de Larrazabal, pero sin consecuencias por la falta de precisión en el último pase.

Los logroñéses equilibraron fuerzas y el partido se marchó al descanso con poco o nada que contar tras esa ocasión aislada de Ballo, un córner al que no llegó Castellano cuando entraba solo en el segundo palo y un disparo de Ramón Bueno desde la frontal del área tras una recuperación que se fue alto. Algo, por otra parte, lógico dada la intrascendencia del duelo.

Salió, al menos, el Tarazona de los vestuarios con ganas de agradar a sus seguidores en la despedida de la temporada y se fue a buscar la portería de Uri. Es esta ocasión lo intentaba más por la banda derecha pero con incidencia nula.

En el minuto 50, sin embargo, Gexan se marchó hacia adelante ante la desidia de los locales, que le dejaron avanzar sin oposición. El capitán blanquirrojo recortó hacia la izquierda y soltó un zurdazo ante el que nada pudo hacer la estirada de Yoel. Golazo en la única ocasión de la que habían disfrutado los visitantes.

Se animó el partido con el gol de la SDL. Los logroñeses cogieron fuerzas por la alegría del gol y los locales movieron el banquillo para no marcharse con el mal sabor de boca de una derrota final ante los suyos.

Lo intentó el recién ingresado Guiu con un disparo desde la izquierda que detuvo Iru en dos tiempos. Y, casi inmediatamente después, Trespalacios a punto estuvo de cabecear con fortuna un saque de esquina.

Todo lo que no había pasado en la primera mitad apareció en el último tercio del choque.

Manny, uno de los más activos en esta fase se sacó un espectacular remate a media vuelta en el minuto 73 al que respondió con un paradón Yoel. Cuatro minutos después, Guiu intentó resolver un contraataque pero su operación dentro del área acabó en córner por un oportuno pie de la defensa logroñesa. Manny respondió con un disparo que se fue alto.

Y la suerte que tanto echó en falta la SDL a lo largo del año, apareció en el minuto 81. Liberto se inventó un jugadón individual y cedió el balón a Mencía, con Uri ya batido y a poco más de un metro de la línea de gol. Sorprendentemente, en lugar de llevar el esférico a la red lo lanzó por encima del larguero. Incomprensible.

Todavía tuvo tiempo de empatar en el descuento el Tarazona, de nuevo tras una gran acción de Liberto, pero Uri desbarató primero la ocasión de Guiu y la posterior de Mencía.

Todavía quedaba una alegría más para la SDL en su despedida de Primera Federación. En un barullo en el área local, el balón fue a parar a los pies de Escobar que sí supo empujarlo al fondo de la portería del Tarazona.

Lo celebró el máximo artillero de la SDLogroñés sin demasiado entusiasmo pero con una sonrisa. Las victorias no se celebran cuando el descenso ya está consumado pero, al menos, queda el gesto alegre de haber defendido la dignidad hasta el final.