Sergio Rodríguez, la experiencia a la que agarrarse en Amorebieta

Nada es igual a anteriores visitas. Ni el equipo, ni el oponente, ni la situación clasificatoria, ni el propio Sergio Rodríguez. Es la misma persona, pero no el mismo entrenador. Ha evolucionado en sus cinco visitas a este campo, relación que arrancó en el año 2017 y en la que se registran dos derrotas, en la primera y en la última citas, ambas por un idéntico 1-0.

El 28 de enero de 2018, la UD Logroñés vencía por 1-3 en Urritxe. Marcos André, Rayco y Noño firmaron los tres tantos. Goles de diferente factura. El primero, al aprovechar un rechace del portero local; el segundo, desde los once metros; y el tercero, en un contragolpe que lanzó Rayco y que culminó Noño. Por esta vía, por ejemplo, ganó la Real Sociedad B en Urritxe esta temporada.

Aquel fue un partido loco para un campo que encorseta con tanta rigidez, porque si bien Rayco marcó desde los once metros, Miguel Martínez, hoy portero del Calahorra, tuvo un especial protagonismo. Con el 0-1, paró una pena máxima a Eduardo Ubis; y con ese mismo 0-1 vigente aún detuvo un segundo penalti, esta vez a Mikel Álvaro, pero Ubis aprovechó el rechace para marcar e igualar momentáneamente el compromiso.

El 16 de marzo del 2019, la UD Logroñés repetía victoria en el recinto vizcaíno, con similares protagonistas. Esta vez la victoria era por la mínima, 1-2. Rayco abría el marcador de penalti a los dos minutos de juego y antes de que se cumpliera la primera mitad, Marcos André anotaba el segundo de disparo desde la frontal de área. Apenas dos minutos después, Iturralde establecía el marcador final, con un remate de cabeza a centro de Seguin.

Los balones laterales, sobre todo por su banda izquierda, donde tradicionalmente ha contado con jugadores más ofensivos, siempre son un peligro en este campo tan estrecho. Y por supuesto los frontales, en busca de segundas jugadas, como las acciones a balón parado.

La tercera victoria llegó el año del ascenso a Segunda División. El 19 de octubre del 2019, la UD Logroñés se imponía al Amorebieta por un solitario gol, 0-1. Esta vez no fue necesario ni un contragolpe ni una pena máxima, sino una acción de continuidad en ataque que acabó con un balón de Andy al segundo palo y el control y disparo de Lander Olaetxea. Tres puntos más en una temporada soberbia.

Esos partidos han tenido, no todos, un nexo de unión: la pena máxima. Rayco marco por dos veces en dos temporadas consecutivas; el Amorebieta disfrutó de dos penas máximas, en el mismo encuentro, pero solo aprovechó una de ellas y no le sirvió para eludir la derrota.

Y es precisamente el penalti una de las carencias de la UD Logroñés esta temporada, porque entre otras cosas le cuesta mucho pisar área. Solo ha logrado un gol a lo largo de la temporada desde los once metros, el que anotó Arregi contra La Nucía. En la memoria más reciente, dos errores que marcaron el devenir de dos partidos. Juan Carlos Menudo no marcó, precisamente ante el Amorebieta, con 0-0 en el marcador, e Iñaki tampoco lo hizo ante el Intercity.